Es sólo 'rock and roll'
La habilidad de los Rolling Stones para sobrevivir, para convertirse en un ente incombustible y continuar escribiendo e interpretando buenas canciones, es sorprendente. Durante 26 años han desarrollado su personalidad y perfeccionado su estilo, ajenos a los cánones que dan por segura la rápida caducidad de las estrellas del rock.
Parece imposible, pero los. Rolling Stones actuales, rondando todos los 50 años de edad, no se conforman con vagar sin rumbo fijo preguntándose constantemente "hasta cuándo". En el final de la década de los ochenta continúan vomitando himnos rebeldes que...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
La habilidad de los Rolling Stones para sobrevivir, para convertirse en un ente incombustible y continuar escribiendo e interpretando buenas canciones, es sorprendente. Durante 26 años han desarrollado su personalidad y perfeccionado su estilo, ajenos a los cánones que dan por segura la rápida caducidad de las estrellas del rock.
Parece imposible, pero los. Rolling Stones actuales, rondando todos los 50 años de edad, no se conforman con vagar sin rumbo fijo preguntándose constantemente "hasta cuándo". En el final de la década de los ochenta continúan vomitando himnos rebeldes que se ajustan sin el más mínimo problema a las necesidades de una generación más.
Poco importa que cada uno de los cinco Stones cobre un millón de dólares (122 millones de pesetas) por cada concierto de esta gira. Importa poco, porque sus cantos a la desesperanza y a la insatisfacción, al amor y las drogas, sus aullidos lastimeros en forma de balada y su s chirriantes rocks siguen produciendo el efecto para el que en su día fueron concebidos.
El público vibra desde el primer acorde hasta el último, asimilando de forma natural e intuitiva el mensaje que los Stones ofrecen, el resumen de una filosofía que dura más de 25 años: es sólo rock and roll, pero nos gusta.