Dos callados presidentes

La defensa de Oliver North está haciendo que Ronald Reagan y George Bush tengan muchas explicaciones que dar. El antiguo ayudante de la Casa Blanca, decidido en apariencia a pasar por la vergüenza del lrangate, ahora compromete profundamente a los dos presidentes en el enredo respecto a la prohibición de ayudar a la contra nicaragüense por parte del Congreso. Estos dos comandantes en jefe le ensalzaron en otro tiempo como patriota y como héroe. Ahora se encuentra como un delator tratando de escabullirse de las acusaciones contra él. Echarle la culpa a los superiores, como hace No...

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La defensa de Oliver North está haciendo que Ronald Reagan y George Bush tengan muchas explicaciones que dar. El antiguo ayudante de la Casa Blanca, decidido en apariencia a pasar por la vergüenza del lrangate, ahora compromete profundamente a los dos presidentes en el enredo respecto a la prohibición de ayudar a la contra nicaragüense por parte del Congreso. Estos dos comandantes en jefe le ensalzaron en otro tiempo como patriota y como héroe. Ahora se encuentra como un delator tratando de escabullirse de las acusaciones contra él. Echarle la culpa a los superiores, como hace North en 42 páginas de escritura aceptadas como prueba, no le exculpará necesariamente. La declaración de North exige respuestas que los presidentes Reagan y Bush han rechazado darhasta ahora. Tenga o no éxito la defensa de Oliver North,sus preguntas exigen respuestas. Reagan se opuso cuando la defensa pidió su declaración y ahora Bush declara que no hablará sobre el tema Irán-contra mientras siga el juicio.

, 12 de abril

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