La melancolía del tabaco

Vicente Verdú se ha valido de un género peculiar, entre la narración y el ensayo, para escribir el libro Dejar de fumar, que resultó finalista en el premio Anagrama de ensayo. El autor reconoce que fue en su propia experiencia al abandonar el hábito de fumar donde buscó las experiencias y emociones que luego le sirvieron de ensamblaje con los datos, " siempre al hilo de una reflexión de fondo", según dice.Una reflexión en la que también cabe "la melancolía de fumar", pues el personaje que se refleja en el texto se da cuenta, comenta Vicente Verdú, "de que la separación del tabaco es alg...

Vicente Verdú se ha valido de un género peculiar, entre la narración y el ensayo, para escribir el libro Dejar de fumar, que resultó finalista en el premio Anagrama de ensayo. El autor reconoce que fue en su propia experiencia al abandonar el hábito de fumar donde buscó las experiencias y emociones que luego le sirvieron de ensamblaje con los datos, " siempre al hilo de una reflexión de fondo", según dice.Una reflexión en la que también cabe "la melancolía de fumar", pues el personaje que se refleja en el texto se da cuenta, comenta Vicente Verdú, "de que la separación del tabaco es algo más que la huida de un vicio: es el abandono de un mundo, porque el tabaco se ve como una patria que determina la forma de relacionarse con el mundo exterior, de vivir la sexualidad, de afrontar las dudas o, también, de combatir los miedos de la vida cotidiana".

Los conceptos de espacio y de tiempo se ven afectados por la abstinencia. "Ni uno ni otro", dice el autor, "son ya lo que eran al dejar de fumar, porque el tabaco es un medidor del tiempo, y un mediador en el espacio interrelacional".

Verdú informa que la recaída en el tabaco registra un índice más alto que la recaída en la heroína. "De ello se deduce", afirma, "que el arraigo en la adicción al tabaco desborda con mucho las leves consideraciones que se hacen socialmente de este hábito".