Lehder, el 'emperador' de la cocaína

El narcotraficante quería destruir la "decadente sociedad" norteamericana

Carlos Enrique Lehder Rivas, nacido en 1949 en Armenia, en el occidente colombiano, estaba predestinado a ser un chico problema. Su padre, un hotelero alemán que llegó a Colombia en los años treinta, era duro e implacable; su madre, una sufrida. El matrimonio se separó cuando Lehder era un niño. Al cumplir 14 años, su madre lo llevó a Detroit y lo dejó en manos de unos familiares. Bajo su cuidado sufrió el primer gran trauma de su vida: un tío abusó de él sexualmente y la experiencia lo marcó para siempre.

Cumplidos los 20 años, se inició en el robo de coches en Detroit. En 1973 fue...

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Carlos Enrique Lehder Rivas, nacido en 1949 en Armenia, en el occidente colombiano, estaba predestinado a ser un chico problema. Su padre, un hotelero alemán que llegó a Colombia en los años treinta, era duro e implacable; su madre, una sufrida. El matrimonio se separó cuando Lehder era un niño. Al cumplir 14 años, su madre lo llevó a Detroit y lo dejó en manos de unos familiares. Bajo su cuidado sufrió el primer gran trauma de su vida: un tío abusó de él sexualmente y la experiencia lo marcó para siempre.

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Cumplidos los 20 años, se inició en el robo de coches en Detroit. En 1973 fue detenido por ese delito. Tres meses más tarde cayó en Miami por tráfico de marihuana, Terminó cumpliendo condena en la penitenciaría de Danbury (Connecticut), donde alternó con algunos de los protagonistai; del Watergate.Otro de sus compañeros de celda fue George Jung, un pequeño traficante de marihuana de Califórnia, quien más tarde se convertiría en su principal acusador. Según Jung, Lehder juró que al salir de la cárcel montaría un imperio de la cocaína en Estados Unidos porque quería destruir la "decadente sociedad norteamericana".

En 1975, tras su libertad y deportación, se instaló en Canadá, donde conoció a la cubanoamericana Jymel García, con quien luego contrajo matrimonio. El vínculo jamás ha sido disuelto. Valiéndose de documentación falsificada, Jymel lo ayudó a regresar a Estados Unidos. Ambos se instalaron en Miami Beach, donde Jung y Lehder volvieron a encontrarse. Con la consagración de un par de revolucionarios, los amigos se entregaron a transformar su sueño en realidad.

Lehder obtenía la cocaína en Colombia y Jung la distribuía en Los Ángeles. En agosto de 1977 consiguieron dar su primer gran golpe al introducir un avión con 250 kilos de droga que les había suministrado Pablo Escobar uno de los jefes del cártel de Medellín.

A partir de entonces, Lehder se independizó y viajó, acompañado de Jymel, a las Bahamas, donde conoció al fugitivo norte americano Robert Vesco, entonces propietario de un banco en Nassau.

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Sobornos

Por esos días, Carlos Lehder consiguió nueve millones de dólares (unos 1.000 millones de pe setas) para la adquisición de cayo Norman, un islote con aeropuerto privado. Lehder lo transfermó en la principal cabeza de puente del tráfico de cocaína hacia Estados Unidos. Lehder, sin duda, ayudó al cártel colombiano de la coca a consolidar su poder, pero nunca fue uno de sus jefes importantes.

Para trabajar con tranquilidad, Lehder sobornó a altos cargos, incluyendo, según testimonios presentados en un juicio posterior, al primer ministro de Bahamas, Lynden O. Pindling. Actualmente, un jurado de Miami estudia una acusación formal contra Pindling por tráfico de drogas.

Tras una intervención de la agencia antinarcóticos norteamericana (DEA) en la isla, Lehder regresó a Colombia. Desde su llegada, en 1981, Comenzó a despilfarrar su fortuna con la misma devoción con que la amasó.

Regaló avionetas y coches de bomberos y llegó hasta financiar la rehabilitación de la decrépita casa de los periodistas de Armenia. A 10 minutos de la ciudad construyó un centro turístico adornado con una estatua de John Lennon, que junto con Adolfo Hitler, era su idolo.

Para frenar la marea de la extradición creó su propio partido, el Movin-úento Latino Nacional, y su propio periódico, Quindío Libre. Conocido a nivel nacional como el "inversionista colomboalemán", entró en la clandestinidad a finales de 1983 tras unas declaraciones de radio en las que admitió sus vínculos con el narcotráfico.

Tras el asesinato del ministro de Justicia colombian.o, Rodrigo Lara Bonilla, Lehder viajó a España, Portugal y Cuba. Su breve permanencia en La Habana se la debe a Jymel, quien aún tiene familia en la isla. Pero según Jymel, Le1nder fue expulsado "por indeseable".

Volvió a Colombia, vía México, y permaneció en su país buena parte de 1985 y 1986. Hablaba desde la clandestinidad, fustigando contra Washington y su Gobierno.

Su drogodependericia le causó serios traumas y comenzó a comportarse de manera imprevisible. En febrero de 1987 fue arrestado, junto con varios jovenzuelos, en una hacienda cercana a Medellín. En menos de 18 horas se le trasladó a una cárcel de Tampa (Florida).

Tras un juicio de siete mese -uno de los más largos en la his toria del narcotráfico en Estados Unidos- fue hallado culpable el jueves pasado en la ciudad de Jacksonville de inundar Estados Unidosde cocaína; el cargo más importante, la introducción en el país, entre 1978 y 1980, de tres toneladas de cocaína colombiana desde Bahamas.

Según lo previsto por el trata do bilateral de extradición entre Colombia y Estados Unidos, permanecerá los próximos 30 año detrás de las rejas. El juicio al narcotraficante colombiano Car los Lehder ha sido el más impor tante de la guerra contra la droga jamás :realizado en Estados Unidos.

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