Norteamericanos y soviéticos prolongan sus conversaciones sobre Angola

Un segundo encuentro no previsto entre el viceministro de Exteriores soviético Anatoli Adamishin y el subsecretario de Estados norte americano para Asuntos Africanos, Chester Crocker, ayer en Lisboa, es el único elemento objetivo que permite afirmar que algo importante está siendo negociado entre las superpotencias en estas conversaciones.Adamishin, en la conferencia de prensa celebrada con anterioridad a su segundo encuentro con Crocker, subrayó que se trata del último contacto oficial de alto nivel entre representantes de Washington y Moscú antes de que se celebre la cumbre ent...

Un segundo encuentro no previsto entre el viceministro de Exteriores soviético Anatoli Adamishin y el subsecretario de Estados norte americano para Asuntos Africanos, Chester Crocker, ayer en Lisboa, es el único elemento objetivo que permite afirmar que algo importante está siendo negociado entre las superpotencias en estas conversaciones.Adamishin, en la conferencia de prensa celebrada con anterioridad a su segundo encuentro con Crocker, subrayó que se trata del último contacto oficial de alto nivel entre representantes de Washington y Moscú antes de que se celebre la cumbre entre Reagan y Gorbachov de finales de este mes: mera constatación o aviso al interlocutor para no despediciar esta última oportunidad de conseguir un acuerdo sobre la retirada de las tropas cubanas y surafricanas de Angola.

A pesar de la insistencia de la Prensa portuguesa en hablar de la necesidad de una "reconciliación nacional" en Angola, o sea, de negociaciones políticas entre el Gobierno de Luanda y los guerrilleros de la UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola), los problemas internos de la ex colonia portuguesa son, al menos en esta fase, relegados a segundo plano y, en las declaraciones oficiales, se habla exclusivamente de la intervención militar extranjera y del problema de la independencia de Namibia.

El ministro surafricano de Defensa, Magnus Malan, dijo recientemente en el Parlamento de su país que su Gobierno no desea subvertir a los regímenes de los países africanos sus vecinos, pero con una única condición: que estos pongan siempre los intereses de África en primer lugar.