La CE premia a una empresa química de Cantabria por sus esfuerzos en disminuir la contaminación que originaba

, La empresa Derivados del Flúor, instalada en Ontón (Castro Urdiales, Cantabria), fundada con capital vasco y participación de la Bayer alemana, acaba de ser premiada por la Comunidad Europea como reconocimiento a los esfuerzos realizados para disminuir la contaminación que originaba. Dedicada a la producción de fundentes fluorados y ácido fluorhídrico, de interés para la industria química, la empresa eligió para su asentamiento, hace 17 años, la cumbre de un acantilado sobre el Cantábrico por considerarlo lugar idóneo, dada la frecuencia de los vientos, que podían mantener limpia la atmósfer...

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, La empresa Derivados del Flúor, instalada en Ontón (Castro Urdiales, Cantabria), fundada con capital vasco y participación de la Bayer alemana, acaba de ser premiada por la Comunidad Europea como reconocimiento a los esfuerzos realizados para disminuir la contaminación que originaba. Dedicada a la producción de fundentes fluorados y ácido fluorhídrico, de interés para la industria química, la empresa eligió para su asentamiento, hace 17 años, la cumbre de un acantilado sobre el Cantábrico por considerarlo lugar idóneo, dada la frecuencia de los vientos, que podían mantener limpia la atmósfera.

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La fábrica abandonó su sede en Lejona (Vizcaya) para establecerse en los alrededores de Castro Urdiales, 75 kilómetros al este de Santander.Los problemas de la polución ambiental no tardaron en aparecer, no sólo en el pueblo inmediato sino en la zona más próxima de Vizcaya, a dos kilómetros de donde la industria había iniciado su producción. Enseguida los ganaderos denunciaron problemas en la salud del ganado ante el veterinario que descubrió descalcificación en los animales. Las vacas perdían sus dientes y morían Como consecuencia de ello, en 1974 la empresa hubo de hacerse cargo de 325 vacas enfermas para ser sacrificadas, lo que su puso un gasto de más de 22 millones de pesetas.

La puesta en servicio de un moderno laboratorio de medición para controlar la contaminación detectó, en aquella fecha, emisiones de más de siete kilo de flúor a la hora por las chimeneas de la fábrica.

El veneno quedaba inmediatamente depositado en los prados y resultaba mucho más nocivo para las vacas de leche que para las de engorde por permanecer éstas un tiempo considerablemente inferior consumiendo hierba.

La presión popular, que suscitó ásperas campañas de prensa en Vizcaya y Cantabria, llevó a Derivados del Flúor a tratar de resolver el problema, tan grave para la economía comarcal. Fue así como surgió, dentro de la industria (200 trabajadores en plantilla, actualmente) un comité de calidad ambiental al que un laboratorio especialmente diseñado suministraba periódicamente información sobre los índices de contaminación.

Derivados del Flúor desarrolló, simultáneamente, una campaña de formación del personal y llegó a crear un premio de calidad ambiental para incentivar las sugerencias que los propios trabajadores desearan aportar.

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