Crítica:

Lo vivo de Bertolt Brecht

Brecht cumpliría este año -el 10 de febrero- 90 años; pero hace 32 que no está entre nosotros. Estas cifras dan idea de su proximidad de contemporáneo y, al mismo tiempo, de una lejanía que podrían denotar sus métodos. Fue marxista-leninista, como recordó Hormigón al presentar este homenaje de cumpleaños, y su obra se construyó en torno al materialismo dialéctico y a la idea de progreso producido por el enfrentamiento de contradicciones. No lo fue tanto y tan seguramente como para que al regreso de su exilio a la República Democrática Alemana no cayera bajo sospecha de heterodoxia, luego super...

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Brecht cumpliría este año -el 10 de febrero- 90 años; pero hace 32 que no está entre nosotros. Estas cifras dan idea de su proximidad de contemporáneo y, al mismo tiempo, de una lejanía que podrían denotar sus métodos. Fue marxista-leninista, como recordó Hormigón al presentar este homenaje de cumpleaños, y su obra se construyó en torno al materialismo dialéctico y a la idea de progreso producido por el enfrentamiento de contradicciones. No lo fue tanto y tan seguramente como para que al regreso de su exilio a la República Democrática Alemana no cayera bajo sospecha de heterodoxia, luego superada. En esta forma sutil y dudosa de su heterodoxia es donde está contenido el vuelo de su discurso: la negación de la autoridad autocrática, la denuncia de la explotación perenne del hombre.

Brecht, 90º aniversario

Textos de Bertolt Brecht. Presentación y dirección de Juan Antonio Hormigón. Intérpretes: Julia Martínez, Miguel Rellán, Julieta Serrano, Emilio Gutiérrez Caba, Eusebio Lázaro, Irene Gutiérrez Caba, Manuel Galiana, Rosa Vicente, Charo Soriano, Adolfo Celdrán, José Sacristán, María Fernanda d'Ocón, Massiel, Adolfo Marsillach, Gisela May. Centro Cultural de la Villa de Madrid, 21 de enero.

Humanismo profundo

Escuchando en este homenaje de aniversario a los grandes actores y actrices españoles que recitaban fragmentos de su obra poética y dramática, se tenía la sensación de que la gran viveza de Brecht es la del humanismo profundo, la de la ternura por los seres sufrientes y su solidaridad con ellos; el humor o el sarcasmo, con los que decía crear su efecto distanciador, son en realidad una forma más de recalcar esa solidaridad y esa entrega, y la repetición clásica de consignas en forma política suena hoy como un ritornello poético y también dramático que refuerza el pensamiento doloroso y esperanzado. Muchas de las esperanzas que Brecht tenía puestas en el porvenir de la humanidad están hoy confusas o en una crisis de realidad o de praxis. Puede que su manera de predicar fuese hoy distinta en la forma, pero idéntica en el fondo, porque su calidad humana no sólo está viva, sino que se echa de menos su eco en escritores o pensadores contemporáneos.El acto de homenaje reunió a un grupo de intérpretes excelentes que mostraron cómo el arte de decir los versos o los textos no se ha perdido en este país, como suele decirse. Los dijeron, además, con devoción; y con esa devoción respondió el público, que, además de los aplausos individualizados para los intérpretes, regaló grandes ovaciones y bravos a la presencia espiritual de Brecht.

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