Una oportunidad para los empresas españolas

Con la incorporación a la Comunidad Europea (CE) España asumió el sistema de preferencias en las relaciones comerciales con terceros países que rigen en la Europa de los doce, en detrimento de otras áreas donde tradicionalmente se ha enfocado el comercio español, como América Latina. Entre éstas ha supuesto la adhesión de España a la Convención de Lomé, en la que están agrupa dos los 66 países del grupo ACP -África negra y antiguas colonias- y una aportación de 70.000 millones en cinco años al Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FED).Como contrapartida, las em presas españolas pueden benefic...

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Con la incorporación a la Comunidad Europea (CE) España asumió el sistema de preferencias en las relaciones comerciales con terceros países que rigen en la Europa de los doce, en detrimento de otras áreas donde tradicionalmente se ha enfocado el comercio español, como América Latina. Entre éstas ha supuesto la adhesión de España a la Convención de Lomé, en la que están agrupa dos los 66 países del grupo ACP -África negra y antiguas colonias- y una aportación de 70.000 millones en cinco años al Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FED).Como contrapartida, las em presas españolas pueden beneficiarse de las ayudas financieras destinadas a estos países, que normalmente influyen en la adjudicación de concursos internacionales. El FED dispone de 8.500 millones de ECU, de los cuales 7.400 corresponden al FED y 1.100 al Banco Europeo de Inversiones (BEI) hasta 1990. La media anual de ayudas está estimada en unos 1.700 millones de ECU..

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La Convención de Lomé no requiere de los países incluidos la concesión de ventajas comerciales recíprocas, por lo que la mayoría de ellos sólo otorga a las exportaciones comunitarias el tratamiento de nación más favorecida. Por ello, los beneficios que las empresas españolas podrán obtener del Convenio serán los derivados de unas mejores relaciones comerciales con los compradores públicos y privados de estos países.

Por el contrario, los países agrupados en la Convención de Lomé obtienen de la CE mecanismos de acceso privilegiado a los mercados europeos para sus productos con reducciones arancelarias en muchos casos a nivel cero. Estas ventajas de acceso se centran en los productos básicos, principal fuente de ingresos de estos países.

El tipo de ayudas consiste en subvenciones a fondo perdido con cargo a los recursos del FED, a las que se destina más de la mitad de sus recursos. Esta financiación se dedica a proyectos de interés social en los sectores agrícola, enseñanza y sanidad y se otorga a los países menos desarrollados. Otro instrumento son los préstamos especiales destinados a proyectos netamente industriales por una duración de 40 años, diez de carencia y un interés entre el 1% y el 0,5%. Por último están los créditos del BEI, que consisten en una subsidiación de intereses, salvo en el sector petrolero. También se financian operaciones de capital riesgo.

Uno de los objetivos es coordinar las inversiones de los Estados miembros con las ayudas procedentes de los fondos comunitarios. Este último aspecto es el que más se intenta promocionar.

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