Los florentinos contemplan los restos romanos de la ciudad

Florencia está viviendo unas horas de gran excitación cultural. Bajo las losas de la maravillosa plaza de la Signoria, los florentinos acaban de descubrir los restos romanos de sus antepasados. La ciudad tiene ya un acta de nacimiento. Florencia nació no más tarde del año 20 antes de Cristo. Los florentinos tienen sólo tres días para contemplar el milagro, ya que después, de no mediar una contraorden del Ministerio de Bienes Culturales, los restos volverán a quedar enterrados para siempre.Todo nació cuando, por petición de los mismos florentinos, las autoridades decidieron cambiar el suelo des...

Florencia está viviendo unas horas de gran excitación cultural. Bajo las losas de la maravillosa plaza de la Signoria, los florentinos acaban de descubrir los restos romanos de sus antepasados. La ciudad tiene ya un acta de nacimiento. Florencia nació no más tarde del año 20 antes de Cristo. Los florentinos tienen sólo tres días para contemplar el milagro, ya que después, de no mediar una contraorden del Ministerio de Bienes Culturales, los restos volverán a quedar enterrados para siempre.Todo nació cuando, por petición de los mismos florentinos, las autoridades decidieron cambiar el suelo destrozado de la plaza por otro nuevo pero de sabor más antiguo. Pero al escarbar se desveló el secreto, una especie de milagro por nadie esperado ni sospechado. Salió a la luz un trozo de la Florencia de Güelfos y Gibelinos. Han aparecido los fundamentos y las bodegas de las torres y de los palacios que conocieron Dante y Beatriz. Pero ha aparecido algo aún más importante: la primera Florencia romana, que consiste en los restos de un lavadero, el lugar donde se lavaban, teñían y limpiaban las ropas. Es de antes de Cristo, y el propietario era. un cierto Aulus Vibius Aper. Tiene 35 metros de largo y 25 de ancho. Después del d Ostia es el lavadero romano más grande conocido hasta hoy. :Se ha encontrado también un puñado de monedas árabes de plata del siglo XI que habían sido colocadas allí para que trajesen suerte. Mediante dichas ruinas se ha podido saber que la Florencia romana tenía entre 10.000 y 15.000 habitantes. Y el descubrimiento es importante porque además revela los orígenes antiquísimos del tratamiento, y elaboración de la lana, comercio que enriqueció la Florencia del Renacimiento y que acabó convirtiéndose en una de las artes mayores.

Ahora el problema es si tapar todo de nuevo o bien construir un museo subterráneo para que dicha joya no quede otra vez en la oscuridad del olvido, sino que permanezca accesible y visible para todos. La decisión final depende ahora de un cúmulo de enredos burocráticos. El debate se ha abierto entre la población, el Ayuntamiento y, el Ministerio de Bienes Culturales.