Marañón fue sobre todo un 'incitador' y un creador de hipótesis e ideas, dicen los especialistas

Concluye el seminario sobre el médico historiador en la Universidad Menéndez Pelayo

Buena parte, de la obra de Gregorio Marañón mantiene su vigencia, según se desprende de las ponencias y debates del seminario sobre su pensamiento desarrollado esta semana en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander. También quedó claro que Marañón fue sobre todo un incitador, un creador de hipótesis e ideas, y su influencia, que se mantiene, proviene igualmente de las actitudes que mantuvo) durante toda su vida. Aunque algunas de sus aportaciones, como las realizadas en el campo de la psicología, han sido estudiadas en profundidad, queda mucho por hacer en el estudio de sus ideas sobr...

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Buena parte, de la obra de Gregorio Marañón mantiene su vigencia, según se desprende de las ponencias y debates del seminario sobre su pensamiento desarrollado esta semana en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander. También quedó claro que Marañón fue sobre todo un incitador, un creador de hipótesis e ideas, y su influencia, que se mantiene, proviene igualmente de las actitudes que mantuvo) durante toda su vida. Aunque algunas de sus aportaciones, como las realizadas en el campo de la psicología, han sido estudiadas en profundidad, queda mucho por hacer en el estudio de sus ideas sobre medicina o en las características de su literatura.

Marañón dejó en herencia a sus cuatro hijos sendos poemarios, que se mantienen inéditos, según informó Alejandra Ferrándiz, secretaria del seminario. Sin embargo, no parece que existan inéditos importantes, menos la correspondencia; es previsible que sea publicada la que recibió Marañón de muchas de las principales cabezas de su tiempo.

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El seminario fue clausurado ayer por Julián Marías y por una ponencia enviada por José María Maravall, ministro de Educación. Maravall recordó que para Marañón lo importante es la enseñanza de los modos, frente a la de las cosas: "Modos de conducta, modos de aprender, que no es recibir los hechos y prenderlos en la memoria".

Marañón criticó igualmente las oposiciones por premiar la memoria y la brillantez aparente, por perjudicar al investigador y por otorgar la cátedra a los jóvenes a perpetuidad. En el pensamiento de Marañón sobre la Universidad destaca su visión de una cultura futura, que integraría los avances tecnológicos, y su preferencia por el estudiante rebelde, que escoge entre sus asignaturas, frente al que busca un brillante expediente académico y en su persecución se amolda a la mediocridad.

El médico

Julián Marías, que disertó sobre el liberalismo de Marañón, indicó que para el médico el liberalismo fue, más que una ideología, una actitud vital. "Era en él algo esencial en su condición de médico: no le tenía asco a la realidad". Pese a complacerse en la realidad y vivir con esperanza, Marañón vivió con un "entusiasmo escéptico" que en definitiva es "el temple del liberalismo".José Luis Pinillos, catedrático de Psicología, explicó la deuda que tiene contraída la psicología española con Marañón, que en su obra profundizó en la psico-historia. Marañón -explicó- aplicó sus conocimientos científicos en el esclarecimiento de puntos oscuros de la historia sobre los que no había excesiva información, y el resultado son sus célebres obras sobre determinados personajes de la historia. Marañón piensa que el tiempo del hombre no es un tiempo físico, sino histórico, que va adquiriendo espesor mientras progresa.

Helio Carpintero, catedrático de Historia de la Psicología, recordó que la generación de Marañón -Ortega, D'Ors, Pérez de Ayala- se preocupó por la psicología en un tiempo en el que ésta podía ser vista aún como una ciencia peligrosa: a fin de cuentas, era la que se inclinaba sobre el alma. En este interés influyó la Institución Libre de Enseñanza. Explicó Carpintero que el sistema endocrino, es decir, las glándulas en cuyo estudio se especializó Marañón, regulaba, según éste, no sólo determinadas funciones biológicas, sino también parte de la mente, y de ahí su importancia.

"Claridad" y "patriotismo" son dos términos fundamentales y constantes en la obra de Marañón, según dijo José Manuel Blecua, catedrático de Lengua Española. En la muy abundante obra escrita de Marañón, Blecua subrayó la permanente presencia de temas constantes, como por ejemplo España; elogió la capacidad de amenidad del médico -un ejemplo serían sus titulares-, que escribió su permanente inquietud por enlazar tradición con progreso. Según reveló, Maraffión tuvo el proyecto de escribir sobre Sarmiento, el oscuro monje que hacía de mano derecha de Feijoo; quiso escribir una historia de España vista por los viajeros, y también una biografia. de Galdós, amigo de su padre y después suyo, que entre otras cosas fue quien le descubrió Toledo. El Instituto de Patología Médicasupuso que un enfermo pudiera tener un diagnóstico rápido en 48 horas, en lugar de los Varios días habituales entonces, según explicó Vicente Pozuelo, que fue discípulo directo de Marañón durante años. Pozuelo contó las dificultades para la creación del Instituto de Patología Médica, que sólo fue: posible gracias a la aportación económica del propio Marañón y de algunos admiradores y amigos. El discípulo, que disertó sobre la vigencia de la endocrinología de Marañón, afirmó que si el Instituto de Patología no continuó tras la muerte de su fundador fue a causa de las numerosas envidias y rivalidades de otros médicos, no interesados en que esta obra fuera continuada.

El médico escritor se inscribe en una tendencia organicista de la medicina según la cual "el todo es superior a la suma de las partes", explicó Diego Gracia Guillén, catedrático de Historia de la Medicina. La generación médica de Marañón en España, según una clasificación elaborada por Gracia, considera al enfermo como un todo y es la primera que se forma en Europa y que está al día en sus especialidades. Sin embargo, le ocurre la misma desgracia que a la generación del 98: que "ha visto claro el porvenir, sin poder alcanzarlo".

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