La corona de los sabios

Dice Delibes que no le divierten ceremonias como las de ayer, una investidura de doctor honoris causa. "Afortunadamente", dice, "esto no te compromote a un seguimiento posterior, como la Real Academia, donde no tengo mucho que hacer", dice el escritor castellano. La investidura honoris causa es la más tradicional y suntuosa ceremonia de las que realiza una universidad. Aunque sus orígenes parten del Siglo de Oro, la ceremonia, tal como hoy se realiza, data de 1920. Es un alto honor que no compromete a los sabios, pero que honra con pompas y fastos esa sabiduría que no ocupa lugar...

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Dice Delibes que no le divierten ceremonias como las de ayer, una investidura de doctor honoris causa. "Afortunadamente", dice, "esto no te compromote a un seguimiento posterior, como la Real Academia, donde no tengo mucho que hacer", dice el escritor castellano. La investidura honoris causa es la más tradicional y suntuosa ceremonia de las que realiza una universidad. Aunque sus orígenes parten del Siglo de Oro, la ceremonia, tal como hoy se realiza, data de 1920. Es un alto honor que no compromete a los sabios, pero que honra con pompas y fastos esa sabiduría que no ocupa lugar alguno. La universidad Complutense de Madrid cuenta ya con una lista, desde 1920, de un centenar de doctores honoris causa. Albert Einstein recibió tal honor en 1923. Los más recientes han sido el rey Juan Carlos y el ex presidente de la República italiana Sandro Pertini. A todos ellos les impusieron, como ayer a Delibes, Kendrew y Segovia, el birrete laureado, antiquísimo y venerado distintivo del Magisterio". "LIevadlo sobre vuestra cabeza como la corona de vuestros estudios y merecimientos", dice el rector.

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