Recitales en el vacío

El programa de actividades de la inauguración del Edificio Asturias en la capital española comprendía dos jornadas de pop-rock asturiano con la intervención de seis grupos. Los organizadores cambiaron el orden y el día de aparición de los artistas respecto a lo que se había anunciado previamente en carteles e invitaciones.También retrasaron en 45 minutos la hora prevista para el comienzo, quizá obligados por la ausencia casi total de público. Como consecuencia, algunos espectadores, realmente muy pocos, que tuvieron que pagar, se encontraron con grupos distintos de los esperados.
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El programa de actividades de la inauguración del Edificio Asturias en la capital española comprendía dos jornadas de pop-rock asturiano con la intervención de seis grupos. Los organizadores cambiaron el orden y el día de aparición de los artistas respecto a lo que se había anunciado previamente en carteles e invitaciones.También retrasaron en 45 minutos la hora prevista para el comienzo, quizá obligados por la ausencia casi total de público. Como consecuencia, algunos espectadores, realmente muy pocos, que tuvieron que pagar, se encontraron con grupos distintos de los esperados.

Felipe del Campo y Jose Luis Bottamino, gijoneses muy queridos de sus paisanos, iniciaron la velada con su country-rock de siempre, aquel de los primeros años setenta, basado en el sonido de guitarras acústicas y armonías vocales excelentes.

Se acompañaron al bajo de su viejo colega en el grupo Salitre Pedro Bastarrica, y presentaron Boogie, boogie como un tema que cuenta algo de su propia historia la de músicos que "llevamos tocando ciento y pico años".

Frío y vacío

Bottamino tuvo que sustituir su guitarra y, como su compañero permaneció en escena alegre y digno ante el frío y el vacío de la sala. Felipe y Bottamino hacen habitualmente versiones de clásicos de Crosby, Stills and Nash, The Hollies, The Searchers o Simon and Garfunkel, adaptados al castellano, y se arriesgan en tal empeño a transformarse involuntariamente en el artista en cuya canción se recrean. Felipe y Bottamino cautivan mejor su repertorio propio en piezas como Androides en invasión, El comisario y Olas.El quinteto ovetense Salón Dadá añade poco al panorama general del rock español. Crea un pop-rock bien instrumentado, de guitarras siempre envueltas en teclados omnipresentes, en forma de piano sencillo, de sintetizador o de metal de acompañamiento.

En directo tienen momentos brillantes y otros en los que el mimetismo les delata y ofrecen una pobre presencia en escena. Entre sus canciones Te lo debo todo o El último tango intercalan una versión en inglés del tema I cant wait, de Ric Ocasek, líder de The Cars.

Fuera de Serie, de Gijón, actuaron, como cuarteto, ante un número aún menor de espectadores. Repasaron una exquisita serie de canciones suyas, como Sálvame, o ajenas, como Si digo adiós, basada en una composición original de Carole King. Sus textos, casi siempre amorosos, con un tú permanente, son algo flojos. Esta banda posee un estilo y un sonido muy peculiares y se luce en la interpretación de coros a tres, impulsada por una voz principal muy poderosa.