La Comunidad considera que se han reducido las diferencias

La ronda negociadora del fin de semana no ha permitido alcanzar un acuerdo entre EE UU y la Comunidad Europea (CE), "pero ha contribuido a acercar lo suficiente los puntos de vista para que ambas partes acepten celebrar un último encuentro antes de la fecha límite del viernes 30 de enero, en que podría estallar la famosa guerra comercial".Los negociadores europeos, los comisarios Willy de Clercq y Frans Andriessen, regresaron ayer a mediodía a Bruselas procedentes de Washington. De Clercq y Andriessen se entrevistaron ayer con el ministro belga de Exteriores, Leo Tindemans, que preside ...

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La ronda negociadora del fin de semana no ha permitido alcanzar un acuerdo entre EE UU y la Comunidad Europea (CE), "pero ha contribuido a acercar lo suficiente los puntos de vista para que ambas partes acepten celebrar un último encuentro antes de la fecha límite del viernes 30 de enero, en que podría estallar la famosa guerra comercial".Los negociadores europeos, los comisarios Willy de Clercq y Frans Andriessen, regresaron ayer a mediodía a Bruselas procedentes de Washington. De Clercq y Andriessen se entrevistaron ayer con el ministro belga de Exteriores, Leo Tindemans, que preside actualmente el Consejo de Ministros de la CE, y hoy informarán a los 12 jefes de la diplomacia europea de la marcha de las conversaciones. Francisco Fernández Ordóñez y Pedro Solbes, secretario de Estado para las Relaciones con la Comunidad, representarán a España en la reunión.

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"No hay acuerdo", afirmó el comisario belga De Clercq "pero se ha producido una aproximación apreciable de nuestras posturas, y por eso la "negociación no está aún acabada". Preguntado sobre si la CE estaba dispuesta a hacer nuevas concesiones, De Clercq se limitó a contestar que "todos tienen que hacer esfuerzos".

Última oportunidad

La próxima y última ronda de conversaciones tendrá que celebrarse, probablemente en la capital belga, esta misma semana, porque a partir del viernes entrarán en vigor las sanciones firmadas el jueves por el presidente Ronald Reagan y que estipulan un incremento del 200% del arancel de una serie de bebidas y productos alimenticios europeos importados por EE UU por valor de 400 millones de dólares (52.000 millones de pesetas).

La Comunidad, por su parte, tiene previsto replicar a esta medida imponiendo un arancel que oscilaría entre 42 y 55 ECU (unidad de cuenta europea, equivalente a 142 pesetas) por tonelada de arroz y de concentrado de maíz norteamericano importado por los doce y cuyo valor ascendió el año pasado a aproximadamente 400 millones de dólares. La Administración de Reagan tomaría entonces nuevas medidas contra la CE, y el engranaje de la guerra comercial sería inevitable.

El conflicto entre las dos mayores potencias comerciales del mundo gira en torno a la pérdida para los exportadores de cereales norteamericanos del mercado español, porque la llamada preferencia comunitaria obliga ahora a los importadores españoles a abastecerse más entre los comunitarios.

Washington ha pedido compensaciones que al principio consistían en obtener la garantía de poder vender anualmente a los doce cerca de cinco millones de toneladas de cereales hasta 1990, pero que ahora ha rebajado a tan sólo 2,8 millones. La CE, que se negaba inicialmente a ofrecer ninguna "indemnización" porque estimaba que las pérdidas agrícolas iban a ser paliadas por ventajas para el acceso al mercado español de los productos industriales estadounidenses, ha reconocido después que éstas sólo serían efectivas dentro de unos años y está dispuesta a adquirir 1,2 millones de toneladas de cereales al año.

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