Los ministros de Agricultura renuncian a un acuerdo sobre los excedentes de leche y carne

., Los ministros de Agricultura de los doce renunciaron ayer por la tarde a alcanzar por ahora un acuerdo mínimo sobre la manera de reducir los excedentes de leche y carne que sumergen a la Comunidad Europea (CE) y cuestan anualmente a sus arcas 306.520 millones de pesetas.

Las discrepancias eran tan profundas que, al término de la segunda jornada de reunión, Michael Jopling, presidente británico del Consejo de Ministros, abandonó su proyecto inicial, consistente en solicitar una prórroga excepcional de 24 horas del encuentro para poder acercar los puntos de vista hasta logra...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

., Los ministros de Agricultura de los doce renunciaron ayer por la tarde a alcanzar por ahora un acuerdo mínimo sobre la manera de reducir los excedentes de leche y carne que sumergen a la Comunidad Europea (CE) y cuestan anualmente a sus arcas 306.520 millones de pesetas.

Las discrepancias eran tan profundas que, al término de la segunda jornada de reunión, Michael Jopling, presidente británico del Consejo de Ministros, abandonó su proyecto inicial, consistente en solicitar una prórroga excepcional de 24 horas del encuentro para poder acercar los puntos de vista hasta lograr un compromiso. "No se pueden superar divergencias técnicas", comentó, según un portavoz comunitario, "si falta voluntad política para aunar posturas".

Ni siquiera se vislumbraba, según la misma fuente, una posibilidad de acuerdo no sólo sobre el nuevo paquete presentado a los doce por la Comisión Europea, que preconiza una reducción del 6% de la producción láctea de aquí a finales de 1988, sino sobre las anteriores medidas urgentes, mucho menos drásticas, propuestas en octubre por Frans Andriessen, comisario europeo encargado de la Europa verde.

El titular español de Agricultura, Carlos Romero, fue durante el Consejo de Ministros uno de los más férreos adversarios de Andriessen, que después de haber reconocido la semana pasada que "España y Portugal no son responsables de los excedentes anteriores", insistió en que en caso de acuerdo "se les debían aplicar las mismas medidas que a los demás países miembros".

Romero reiteró ante la Prensa su tradicional postura admitiendo la urgencia de "cortar por lo sano unos excedentes que amenazan con poner en peligro el conjunto de la Política Agrícola Común (PAC) y el presupuesto de la Comunidad".

Pero Romero rechazó una vez más inspirarse, para reducir la producción, "en la fórmula propuesta por el Ejecutivo europeo, que hace recaer parcialmente el problema sobre ganaderos como los españoles, que no han contribuido a generar excedentes agrícolas", y sobre un país como España, que es incluso ligeramente deficitario en productos lácteos.

El ministro español hizo hincapié en que la disminución debía ser lograda mediante, primero, la modificación del mecanismo de compra de los excedentes a precio garantizado (intervención), de la que se aprovechan los vaquifundios del norte de Europa, a los que les resulta rentable vender leche en esas condiciones" porque tienen una elevada productividad. En segundo lugar, prosiguió, es necesario incrementar la penalización impuesta a los agricultores que rebasan las cuotas de producción que les han sido asignadas.

Antes de separarse, los ministros sí consiguieron, en cambio, adoptar un programa quinquenal de 4.200 millones de pesetas dedicado a luchar contra las lluvias ácidas en los bósques y, sobre todo, contra los incendios forestales, que potencia la investigación sobre nuevas técnicas y productos para combatirlos.

Archivado En