TRAS LA 'CUMBRE' DE REIKIAVIK

La Internacional Socialista evita una condena explicita de la postura de Reagan en Islandia

La reunión de la Internacional Socialista (IS), que comenzó ayer en Bonn, estuvo marcada por fuertes divergencias en la valoración de la cumbre de Reikiavik y las causas del fracaso del diálogo entre los máximos dirigentes de las dos superpotencias. Los líderes socialistas europeos, que mantuvieron una reunión previa al Consejo de la Internacional Socialista, que comienza hoy en Bonn, lograron, tras un largo debate, adoptar un documento de compromiso que no contiene una condena explícita a la actuación del presidente Ronald Reagan, como pedían algunos participantes.

La reunión de lídere...

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La reunión de la Internacional Socialista (IS), que comenzó ayer en Bonn, estuvo marcada por fuertes divergencias en la valoración de la cumbre de Reikiavik y las causas del fracaso del diálogo entre los máximos dirigentes de las dos superpotencias. Los líderes socialistas europeos, que mantuvieron una reunión previa al Consejo de la Internacional Socialista, que comienza hoy en Bonn, lograron, tras un largo debate, adoptar un documento de compromiso que no contiene una condena explícita a la actuación del presidente Ronald Reagan, como pedían algunos participantes.

La reunión de líderes del grupo europeo de la Internacional Socialista, en la que participaron varios jefes de Gobierno, se celebró en la capital federal en vísperas del Consejo (antes buró) de la IS, en la que participan delegaciones de 45 partidos socialistas y diversas organizaciones invitadas.Aunque en principio la cuestión central a tratar bajo el lema de Economía y medio ambiente era la estrategia de la socialdemocracia para el desarrollo de una política económica, con especial atención al medio ambiente, la cumbre de Reikiavik relegó este tema a un segundo plano. Willy Brandt, presidente de la IS, convocó por ello a los lideres socialistas europeos, para intentar establecer una postura común ante la situación creada al frustrarse las expectativas de acuerdos de desarme entre EE UU y la URSS en la capital de Islandia.

El presidente del Gobierno español, Felipe González, acudió a la reunión directamente desde el aeropuerto de Colonia, adonde había llegado a las cuatro y media de la tarde a bordo de un avión Mistère de las Fuerzas Aéreas españolas.

En el encuentro, presidido por Brandt, se hallaban, además de Felipe González, el jefe del Gobierno sueco, Ingvar Carlsson; el primer ministro finlandés, Kalevin Sorsa; el líder laborista británico, Neil Kinnock, y el ex canciller austriaco Bruno Kreisky, entre otros. Brandt ya había anunciado a mediodía de ayer que el grupo europeo de la IS adoptaría una resolución sobre la cumbre de Reikiavik. Esta no será hecha pública hasta hoy, ya que aún faltaban por acordar algunos de los términos durante una cena que el Consejo de la IS celebró en las cercanías de Bonn. El propio Felipe González, que reconoció que existían "considerables diferencias", señaló que la cena habría de ser un "esfuerzo de entendimiento".

Algunos destacados dirigentes socialistas alemanes y austríacos habían criticado abiertamente y con dureza al presidente norteamericano, a quien acusan de haber hecho fracasar su encuentro con el máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, con su insistencia en proseguir con el programa de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), incluida su experimentación en el espacio. El ex canciller austríaco Kreisky había hecho en Viena, poco antes de partir hacia Bonn, unas durísimas declaraciones contra Reagan. "Hay que preguntarse hasta cuándo los europeos vamos a seguir observando sin rechistar la política de este hombre. O actúa por irreflexión o por la más absoluta de las ignorancias. Ambos supuestos son igualmente peligrosos", dijo Kreisky a un diario vienés.

Ante los socialdemócratas europeos, Kreisky reiteró esta crítica a la política norteamericana. Diversas intervenciones, en esta sesión a puerta cerrada, abogaron, sin embargo, por centrar la resolución en buscar respuestas a la situación creada y enfocarla hacia el futuro de las negociaciones sobre armamento, sin buscar culpables del fracaso de Reikiavik.

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Esta opinión se impuso finalmente, según señalaba a la salida de la reunión el experto en temas de desarme del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) Egon Bahr.

Bahr insistió en que al final se había logrado el consenso y que la IS mostraba su principal preocupación en buscar nuevas vías para que el diálogo Este-Oeste no se viera interrumpido. No obstante, reiteró que existe plena unidad en la IS en el escepticismo frente al programa de la SDI.

Cautela de Felipe González

Felipe González reconoció ayer, en conversación con la Prensa en la Embajada española, las diferencias entre los socialistas europeos que, según dijo, también afectan a la valoración del SDI. Anunció que el Gobierno español no tiene intención de firmar un acuerdo para la participación en este programa norteamericano, como han hecho otros países europeos. Felipe González también descartó la posibilidad de ocupar el cargo de presidente de la Internacional Socialista ya que lo considera absolutamente incompatible con el de presidente del Gobierno español.Sobre la viabilidad del SDI manifestó que, en su opinión, este programa "difícilmente se sostiene". Insistió en que Europa debe participar clara y directamente en las negociaciones globales sobre armamento.

El presidente del Gobierno español se mostró muy cauto a la. hora de establecer responsabilidades por la falta de acuerdos de desarme en Reikiavik.

Kreisky, por su parte, manifestó que no quería hacer declaraciones ya que éstas podrían perjudicar a la IS. "Si digo mi opinión aquí perjudico a mis compañeros, a aquéllos que tienen responsabilidades de Gobierno", añadió.

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