Estados Unidos enviará 'boinas verdes' para instruir a los jefes de la 'contra' nicaragüense

La Administración de Ronald Reagan tiene planes para enviar soldados de las fuerzas especiales del Ejército de Estados Unidos, también conocidos como boinas verdes, a fin de que instruyan a jefes y oficiales de la contra nicaragüense a partir del 1 de octubre, según fuentes de la Administración y del Congreso. El entrenamiento será llevado a cabe probablemente en Honduras, donde las fuerzas antisandinistas tienen sus santuarios y las fuerzas armadas norteamericanas cuentan con instalaciones militares y unos 1.000 soldados allí estacionados permanentemente. Sin embargo, las fuentes señalaron qu...

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La Administración de Ronald Reagan tiene planes para enviar soldados de las fuerzas especiales del Ejército de Estados Unidos, también conocidos como boinas verdes, a fin de que instruyan a jefes y oficiales de la contra nicaragüense a partir del 1 de octubre, según fuentes de la Administración y del Congreso. El entrenamiento será llevado a cabe probablemente en Honduras, donde las fuerzas antisandinistas tienen sus santuarios y las fuerzas armadas norteamericanas cuentan con instalaciones militares y unos 1.000 soldados allí estacionados permanentemente. Sin embargo, las fuentes señalaron que no se descarta que esta operación pueda realizarse en Panamá o El Salvador, alternativamente.

El coste de estos entrenamientos será cargado en la cuenta de los 100 millones de dólares (unos 13.500 millones de pesetas) recientemente aprobados por el Senado y la Cámara de Representantes del Congreso de EE UU como ayuda militar y humanitaria a la contra. Esta ayuda, sin embargo, aún está pendiente de recibir el visto bueno final por un comité conjunto ole ambas cámaras, así como de la firma presidencial, por lo cual los fondos no estarán disponibles hasta el primero de octubre, fecha en que comienza el año fiscal.Los boinas verdes estadounidenses están especializados en el entrenamiento de soldados de otros países en la lucha contra la guerrilla. En los planes de la Administración, según, las fuentes, participarán fuerzas especiales de Fort Bragg (Carolina del Norte), o de su base operativa en Panamá. Los instructores no intervendrán en acciones de la contra y tendrán estrictamente prohibido acercarse a más de 32 kilómetros de la frontera nicaragüense, restricción a la que está sujeto todo el personal militar estadounidense en Honduras.

Además del entrenamiento militar, los instructores de EE UU enseñarán a los oficiales de la contra métodos de acción cívica para ganarse el apoyo de la población civil nicaragüense. Así, se tratará de lograr que la tropa asimile comportamientos que sirvan para alcanzar ese fin, entre los que figuran evitar víctimas; civiles en los combates y renunciar a cualquier abuso contra los no combatientes. Equipos médicos acompañarán a las fuerzas de la contra para atender a la población y distribuir medicinas. Además, se pondrá especial énfasis, junto a las operaciones militares, en promover entre los nicaragüenses la idea de que la contra tiene la capacidad de socavar el dominio de los sandinistas y constituye una alternativa política frente a ellos.

Una vez que el entrenamiento haya alcanzado un cierto nivel, el objetivo de las acciones de la contra, según las fuentes, será forzar al Gobierno sandinista a negociar y a llegar a un arreglo en el reparto del poder con los líderes antisandinistas. Si esto no diera resultado, la meta -tal y como explicó Reagan en una entrevista dada a conocer el pasado martes- sería otra: conquistar el poder.

Supervisión de la CIA

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Las operaciones de la guerrilla antisandinista continuarán bajo la supervisión directa de la CIA, aseguraron los funcionarios norteamericanos, a pesar de que el entrenamiento corra a cargo de soldados. Los grupos armados antisandinistas no han recibido hasta ahora ningún adiestramiento militar por parte del Ejército estadounidense, ya que su único contacto oficial con EE UU era a través de la CIA.

El entrenamiento de los cuadros militares es el objetivo prioritario para poner en condiciones a las fuerzas antisandinistas, según los mismos informantes, ya que muchos de ellos no han tenido una formación militar propiamente dicha. El segundo objetivo sería la puesta en marcha de un aparato logístico que permita a los contra emprender operaciones de largo alcance en el interior de Nicaragua, con la seguridad de estar pemanentemente abastecidos. Con este, próposito, la Administración de EE UU está considerando la posibilidad de comprar o alquilar aviones C-46 o C-47, viejos modelos de la II Guerra Mundial, o bien C-123, un poco más modernos. Pero se teme que su utilización en Nicaragua sea considerada peligrosa, dada la excelente cobertura de radar de fabricación soviética con que cuentan el Ejército Popular Sandinista.

En estos momentos la fuerza de la contra se estima entre 12.000 y 17.000 combatientes, lo que representa un estancamiento e incluso un descenso respecto del total de 20.000 guerrilleros que se calcula había en 1985. Los grupos antisandinistas comenzaron su actividad en 1981 cuando apenas eran 400 hombres organizados por la CIA.

El ministro de Exteriores de Honduras, Carlos López Contreras, declaró a la agencia UPI el miércoles que su Gobierno ha dejado "bien claro" que la ayuda de EE UU a la contra "no pasará a través de Honduras". El ministro no aclaró si la negativa incluía el entrenamiento de las fuerzas antisandinistas. En cualquier caso, funcionarios estadounidenses sugirieron ayer que estas objeciones de Honduras se podrían superar con el ofrecimiento de un nuevo paquete de ayuda militar y económica, como ya ocurriera con ocasión de anteriores objeciones del Gobierno hondureño.

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