"Abril es el mejor mes"

Por vez primera, Arco, que tradicionalmente se realizaba en febrero, se celebra en abril. El cambio vino impuesto por la decisión de los directivos de la feria de Zúrich de cambiar de noviembre a febrero. "Creo que el mes de abril puede ser incluso mejor para la feria", dice Juana de Aizpuru, "y no ha repercutido para nada en nuestros expositores".El verdadero problema de Arco, según su directora, es conseguir auténtica categoría internacional. Las galerías extranjeras no venden; en España no hay compradores. "Algunas de las galerías extranjeras se fueron muy disgustadas el año pasado", d...

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Por vez primera, Arco, que tradicionalmente se realizaba en febrero, se celebra en abril. El cambio vino impuesto por la decisión de los directivos de la feria de Zúrich de cambiar de noviembre a febrero. "Creo que el mes de abril puede ser incluso mejor para la feria", dice Juana de Aizpuru, "y no ha repercutido para nada en nuestros expositores".El verdadero problema de Arco, según su directora, es conseguir auténtica categoría internacional. Las galerías extranjeras no venden; en España no hay compradores. "Algunas de las galerías extranjeras se fueron muy disgustadas el año pasado", dice la directora de la feria internacional. "Al principio pusieron mucha ilusión, pero después de cuatro años hubo cierta decepción. Vienen desde muy lejos, con muchas esperanzas, deseosas de contactar con el arte español, que realmente está pasando un momento muy interesante. Piensan que España es un mercado virgen y creen que si consiguen abrir este mercado tendrán que venderlo todo. Pero es muy caro venir a una feria porque tienen que moverse de sus casas, alquilar el stand y faltar de su negocio durante 12 o 14 días. Algunos se van sin vender nada y se sienten fracasados. Los españoles cada vez venden más. En realidad, las galerías extranjeras que vienen son nuestros mejores clientes. Pero el hecho de venir siempre a perder dinero les desanima. Ese mercado internaciorial que tanto esperamos ¿cuándo llegará? Confío que este año las cosas vayan mejor porque he oído decir que los museos, algunas colecciones y algunas fundaciones van a comprar algo".

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Cada una de las ediciones de Arco, según Juana de Aizpuru, cuesta alrededor de los 100 millones de pesetas, que lfema recupera a través del alquiler de los pabellones (9.000 pesetas el metro cuadrado para este año) y de la venta de entradas. "No teníamos ninguna ayuda económica hasta el año pasado, ya que el Ministerio de Cultura firmó un convenio con el presidente de Ifema, Adrián Piera, para aportar 10 millones, pero todavía no los hemos recibido. Son 10 millones para ayudar, fundamentalmente, a las actividades culturales, pues es una cantidad muy pequeña. Sólo el catálogo de la feria vale seis millones y enviar carteles nos cuesta cinco millones".

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