El Teatro San Martín, un colectivo con "más encierros que contactos con el exterior"

La compañía del Teatro Municipal General San Martín, uno de los centros culturales más importantes de Argentina y América del Sur, se ha presentado en Madrid dentro del VI Festival Internacional de Teatro. El grupo estrenó el martes en el teatro Martín la obra Stéfano, de Armando Discépolo. Es la primera vez que se presenta en Europa occidental, aunque son frecuentes sus giras por, el continente americano y ha visitado la Unión Soviética. "Hemos sabido más de encierros que de contactos con el exterior", dice, no obstante, un portavoz del colectivo escénico.

La compañía, que acude a Espa...

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La compañía del Teatro Municipal General San Martín, uno de los centros culturales más importantes de Argentina y América del Sur, se ha presentado en Madrid dentro del VI Festival Internacional de Teatro. El grupo estrenó el martes en el teatro Martín la obra Stéfano, de Armando Discépolo. Es la primera vez que se presenta en Europa occidental, aunque son frecuentes sus giras por, el continente americano y ha visitado la Unión Soviética. "Hemos sabido más de encierros que de contactos con el exterior", dice, no obstante, un portavoz del colectivo escénico.

La compañía, que acude a España con 40 de sus miembros, es la única de carácter estable de Buenos Aires. Al frente de la misma ha venido su director, Kive Staiff, peniodista, que ejerció la crítica teatral hasta hace 12 años, cuando se puso al frente del San Martín. Con el Teatro ha venido también Marío O'Donnell, secretario de Cultura de la municipalidad de Buenos Aires.Kive Staiff, que al aceptar el cargo se propuso llevar a la práctica las ideas que defendía como crítico, declara que el San Martín ha sido considerado a lo largo de su existencia, y fundamentalmente en los últimos 10 años, una isla cultural e ideológica, con las ventajas y desventajas que ello supone. "De todas las artes, el teatro era de las menos perseguidas en las etapas de dictadura. Nuestra misión iba más allá del escrúpulo que supone trabajar en una dictadura militar. Teníamos que fortificarnos, y Argentina no era sólo los militares; estábamos también nosotros".

El San Martín cuenta, además de con esta compañía dedicada al teatro de prosa, con otros dos elencos estables: la compañía de danza y el teatro de marionetas y títeres. El teatro se alberga en un gran edificio de 10 plantas de la popular avenida de Corrientes, en Buenos Aires. En esta pequeña isla cultural funcionan con continuidad tres salas teatrales, una con escenario a la italiana de 1.200 plazas, otra semicircular de 600 butacas y otra experimental para 200 espectadores. Asimismo, el San Martín cuenta con salas de cine, diversas áreas para exposiciones, centros de publicaciones y revistas. Todo ello dentro de un particular ámbito en el que pueden entrar 3.000 ó 4.000 personas simultáneamente.

Para Kive Staiff, el teatro debe convertirse en una tribuna de opinión: "El teatro tiene la obligación de polemizar. Desde el escenario, nosotros tratamos de cambiar el mundo injusto y triste en el que vivimos".

Para Mario O'Donnell, quien estuvo exiliado unos años en la década de los setenta y que actualmente es el secretario general de Cultura de la municipalidad de Buenos Aires, "nadie valoró tanto la cultura como la dictadura militar, al considerarla un enemigo tan importante e intentar destruirla a toda costa". Hoy el San Martín, uno de los 20 organismos que dependen de la municipalidad de Buenos Aires, "ha rediseñado sus actividades con el fin de que éstas se desarrollen también en las periferias y barriadas limítrofes de una ciudad que quizá absorbe demasiado las actividades culturales de nuestro país", declara Mario O'Donnell.

Stéfano, de Armando Discépolo, intenta mostrar la realidad desoladora de la inmigración del subdesarrollo europeo a Argentina. En ella se combina lo grotesco y la mueca con el llanto. María Estuardo, de Federico Schiller, plantea un conflicto entre dos reinas, en el que se dirimían cuestiones sobre la dignidad humana. "Para nosotros", declara Staiff, "fue importante tratar este tema con la dictadura en nuestro país".

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