Medio millón de chilenos piden el fin de la dictadura en las calles

La oposición chilena realizó el jueves en Santiago su mayor concentración pública de los últimos años para exigir un pronto retorno a la democracia y el término a la dictadura de 12 años del general Augusto Pinochet.La multitud fue calculada en más de medio millón de personas -los organizadores hablaron de un millón de asistentes y la policía reconoció 100.000 manifestantes-, que se congregaron en el parque O'Higgins, una amplia área verde cerca del centro de la capital chilena, de cuatro millones de habitantes.

El acto fue autorizado hace 10 días por el Gobierno, luego de intensas nego...

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La oposición chilena realizó el jueves en Santiago su mayor concentración pública de los últimos años para exigir un pronto retorno a la democracia y el término a la dictadura de 12 años del general Augusto Pinochet.La multitud fue calculada en más de medio millón de personas -los organizadores hablaron de un millón de asistentes y la policía reconoció 100.000 manifestantes-, que se congregaron en el parque O'Higgins, una amplia área verde cerca del centro de la capital chilena, de cuatro millones de habitantes.

El acto fue autorizado hace 10 días por el Gobierno, luego de intensas negociaciones entre la Alianza Democrática (AD), bloque de partidos de derecha, centro e izquierda moderada, organizadora del acto. Es la primera concentración pública de este tipo desde que una multitud similar se reunió en el mismo lugar hace dos años. Por primera vez, el régimen militar autorizó realizar publicidad legal y repartir octavillas para convocar el acto.

Día de fiesta

La concentración transformó la tarde del jueves en un día de fiesta, con miles de grupos, familias y organizaciones sociales acudiendo al parque provistas de pancartas y coreando el estribillo "y va a caer, y va a caer". Asistieron los partidos firmantes del Acuerdo Nacional para la Transición a la Democracia Plena, una propuesta firmada en agosto por la mayor parte de los grupos políticos del país, entre los que se cuentan los miembros de la Alianza Democrática.También participaron en la concentración los partidos Comunista, Socialista y MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), que forman la coalición de izquierda marxista Movimiento Democrático Popular (MDP), y que no están, incluidos en el Acuerdo. También se vieron pancartas del grupo armado Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).

El acto transcurrió sin incidentes, pero la policía lanzó granada de gases lacrimógenos y utilizó cañones de agua y porras para dispersar a jóvenes que intentaron levantar barricadas al término de la concentración. Un número no precisado de manifestantes fueron de tenidos en el parque, mientras en Valparaíso, 140 kilómetros al oeste, con más de 250.000 habitantes, dos estudiantes fueron heridos y 16 detenidos durante incidentes con la policía en una marcha de protesta por la muerte de un universitario en los cuarteles de Carabineros (policía uniformada).

El único orador fue el presidente de la AD y del partido Demócrata Cristiano, Gabriel Valdés, quien pidió la pronta vuelta a la normalidad democrática y recordó la existencia del Acuerdo Nacional como base para negociar un cambio de régimen.

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Pinochet es el obstáculo

"Usted, señor capitán general Augusto Pinochet, es un obstáculo para la democracia", dijo Valdés en su discurso de 43 minutos, que fue transmitido a todo el país por una cadena de radioemisoras.Valdés dijo que Pinochet, sin mayor espera, debería convocar elecciones para un Congreso Nacional y la presidencia de la República, y entregar el poder a la autoridad civil. Las fuerzas armadas, dijo, deberían integrarse en un régimen democrático bajo la autoridad civil designada por la voluntad libre y soberana de la nación.

También instó a los opositores de todas las tendencias a luchar por la democracia mediante la movilización pacífica, y a desechar las acciones armadas como medio de deponer al actual régimen.

Respecto a los derechos humanos, indicó: "Sus violaciones han sido un calvario: cuántas veces se pidió que terminasen y hemos visto tanta hipocresía y tantos crímenes sin aclarar".

Valdés se refirió también a la crisis económica, social, cultural y moral que afecta a Chile, subrayando la responsabilidad del Gobierno militar en ella.

"La raíz de la crisis moral", agregó, "proviene del silencio cómplice de una parte importante de la clase dirigente, porque se ilusionaron con un Gobierno con metas y sin plazo, y no se dieron cuenta que la única meta del Gobierno personalista es no tener plazo alguno".

"El señor Pinochet no es hijo de la cultura republicana de Chile", dijo el dirigente. "Chile debe volver a la comunidad democrática de América Latina y recuperar su papel protagónico en la historia del continente. Si Argentina ha logrado establecer una democracia ejemplar; si Uruguay, después de años de violencia, vive en democracia; si Brasil ha logrado encontrarse a sí mismo en libertad, ¿por qué Chile no puede hacerlo?".

"Los civiles", dijo Valdés, "no tenemos como destino el enfrentamiento con las fuerzas armadas, quien se lo proponga es un insensato". Gabriel Valdés concluyó indicando que "la democracia será el ejercicio permanente de los acuerdos y no de las exclusiones, del entendimiento y del diálogo y no de las amenazas".

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