Fallos evitables

La primera impresión de mejor orden de este VI Festival Internacional de Cine de Madrid respecto a las ediciones anteriores, que tantos aplausos recibió los primeros días, puede ser mejor ajustada una vez clausurado. Los frecuentes cambios de programación sin avisos suficientes, la ausencia esporádica de la traducción simultánea o la escasa preparación de algunas de sus lecturas, la imprevista retirada de filmes anunciados, son algunas de las dificultades que recibieron los espectadores, especialmente en las últimas jornadas, cuando al mismo tiempo comenzaron a corregirse algunas de las primer...

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La primera impresión de mejor orden de este VI Festival Internacional de Cine de Madrid respecto a las ediciones anteriores, que tantos aplausos recibió los primeros días, puede ser mejor ajustada una vez clausurado. Los frecuentes cambios de programación sin avisos suficientes, la ausencia esporádica de la traducción simultánea o la escasa preparación de algunas de sus lecturas, la imprevista retirada de filmes anunciados, son algunas de las dificultades que recibieron los espectadores, especialmente en las últimas jornadas, cuando al mismo tiempo comenzaron a corregirse algunas de las primeras. Un festival que aún se ve sujeto a los avatares de la programación madrileña o la inconveniente retirada de algunos distribuidores debería extremar sus atenciones en los servicios mínimos.Un mayor rigor en la selección de títulos, en sus proyecciones y en las distintas secciones del festival deben ser también premisas fundamentales para el próximo año sí se quiere abandonar el simple voluntarismo que a veces impregna la organización del certamen.

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