EE UU esperaba que fuese designado Romanov

El nombramiento de Sergei Sokolov como ministro soviético de Defensa, en sustitución del mariscal Dimitri Ustinov, fallecido el pasado jueves, originó una reacción de cierta sorpresa en medios norteamericanos. Los analistas en asuntos soviéticos del Departamento de Estado y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) habían previsto a Grigori Romanov, miembro del Politburó y experto en industria de armamento, como futuro responsable del importante Ministerio de Defensa de la URSS."No esperamos que los cambios influyan en las conversaciones de Ginebra", declararon fuentes del Departamento de Es...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El nombramiento de Sergei Sokolov como ministro soviético de Defensa, en sustitución del mariscal Dimitri Ustinov, fallecido el pasado jueves, originó una reacción de cierta sorpresa en medios norteamericanos. Los analistas en asuntos soviéticos del Departamento de Estado y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) habían previsto a Grigori Romanov, miembro del Politburó y experto en industria de armamento, como futuro responsable del importante Ministerio de Defensa de la URSS."No esperamos que los cambios influyan en las conversaciones de Ginebra", declararon fuentes del Departamento de Estado, sin otros comentarios sobre la figura de Sergei Sokolov.

En Washington se considera que la figura central de las próximas negociaciones sobre control de armas nucleares, que se reanudarán el 7 y 8 de enero en Ginebra, entre EE UU y la URSS, continúa siendo el veterano ministro soviético de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko.

La llegada de Sokolov al cargo de ministro de Defensa -en cuyo departamento ocupaba ya el puesto de viceministro- se interpreta en Washington como una posibilidad de nuevos reajustes de poder en la cumbre del Kremlin, pero se expresa la confianza de que no haya sobresaltos en el inicio de una tímida fase de deshielo entre EE UU y la URSS, tras varios años de radicalización desde la llegada al poder del presidente Ronald Reagan, la intervención soviética en Afganistán, el derribo del avión comercial surcoreano que en septiembre de 1983 violó el espacio aéreo soviético y la ruptura de las negociaciones de Ginebra sobre euromisiles y armas estratégicas (START) a finales de 1983.

Actualmente la tendencia va otra vez hacia el diálogo, como demuestra la próxima cita en Ginebra entre Shultz y Gromiko.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En