España y Latinoamérica proponen un 'mercado común' cinematográfico

Los Segundos Encuentros de Cine Iberoamericano, celebrados la pasada semana en Madrid, han dado como fruto la creación de la entidad colectiva, Organización Cinematográfica Iberoamericana (OCI), que tratará de establecer las condiciones necesarias para la creación de un mercado común del cine. La necesidad de una libertad de expresión, que cuenta en primen, instancia con la de "liberar al espectador", ha sido la filosofía fundamental de estos encuentros, que ya habían tenido el pasado año, también en Madrid la oportunidad de sentar sus primeras bases.

Liberar al espectador significa des...

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Los Segundos Encuentros de Cine Iberoamericano, celebrados la pasada semana en Madrid, han dado como fruto la creación de la entidad colectiva, Organización Cinematográfica Iberoamericana (OCI), que tratará de establecer las condiciones necesarias para la creación de un mercado común del cine. La necesidad de una libertad de expresión, que cuenta en primen, instancia con la de "liberar al espectador", ha sido la filosofía fundamental de estos encuentros, que ya habían tenido el pasado año, también en Madrid la oportunidad de sentar sus primeras bases.

Liberar al espectador significa desprenderlo del "enemigo común", según la definición con que el cineasta chileno en el exilio Miguel Littin citó la penetración norteamericana en los mercados cinematográficos de todos estos países. Obviamente, es ésta la principal desventaja de España, Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, México, Perú, Portugal, Uruguay, Venezuela y del cine chicano, representados todos en estos encuentros, y a ella se -mostraron sensibles sus diversos representantes, tal como los cineastas de 49 países manifestaron en su reunión de Madeira el pasado añoLas dificultades de entendimiento que surgieron al principio de esta reunión madrileña fueron finalmente superadas tanto por la rotunda postura de Pilar Miró como por la intervención de Miguel Littin, que se asombró de que pudieran discutirse cuestiones menores cuando "estamos al borde del precipicio". "Pongámonos a pensar unitariamente", séñaló el director de Alsino y el cóndor, "para hacer posible lo que parece imposible. Nuestras cinematografías sólo pueden sobrevivir unidas".

El acuerdo final, suscrito por todos los presentes, establece, pues, la creación de ese organismo, OCI, que, con sede en Madrid, será presidido este año por el cineasta brasileño Roberto Farias, teniendo, como secretario general a José Luis Ruiz, director del Festival de Cine de Huelva, que se especializa en el cine iberoamericano. Subvencionado durante este tiempo por el Ministerio de Cultura español, la OCI se alimentará posteriormente de las distintas cuotas que se establezcan, ya que "esta organización está destinada a ser el instrumento fundamental que ha de abrir el camino hacia la creación del mercado común del cine iberoamericano, legítima y necesaria recuperación de nuestro público, de nuestra cultura, de nuestra común historia".

Otras conclusiones a las que se ha llegado se remiten a la necesidad de instrumentar una cuota de pantalla, determinar facilidades aduaneras, crear un banco de datos, incentivar las semanas de ciñe y la realización de convenios bilaterales y multilaterales. De hecho, las cinematografías de estos países son prácticamente, desconocidas entre sí, y sólo una decidida gestión legal puede eliminar tan absurdo desconocimiento.

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