Semana crítica para las relaciones entre las superpotencias

Reagan propone a la URSS celebrar consultas periódicas a alto nivel para evitar una confrontación soviético-norteamericana

Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos, propuso ayer a la URSS que "nuestros dos países acuerden celebrar consultas periódicas de alto nivel" sobre problemas bilaterales y regionales. "Los objetivos de este diálogo político serán el evitar errores de cálculo, el reducir el riesgo de una confrontación soviético-norteamericana y el ayudar a la gente de zonas en conflicto a encontrar soluciones pacíficas". Andrei Gromiko, ministro de Asuntos Exteriores soviético, tras escuchar las palabras del presidente, decidió aplazar hasta el jueves su prevista intervención de hoy ante la Asamblea para e...

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Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos, propuso ayer a la URSS que "nuestros dos países acuerden celebrar consultas periódicas de alto nivel" sobre problemas bilaterales y regionales. "Los objetivos de este diálogo político serán el evitar errores de cálculo, el reducir el riesgo de una confrontación soviético-norteamericana y el ayudar a la gente de zonas en conflicto a encontrar soluciones pacíficas". Andrei Gromiko, ministro de Asuntos Exteriores soviético, tras escuchar las palabras del presidente, decidió aplazar hasta el jueves su prevista intervención de hoy ante la Asamblea para estudiar y responder al discurso de Reagan.

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"Estamos preparados para negociaciones constructivas con la Unión Soviética", dijo Reagan, que con ello levantó los aplausos del hemiciclo de la Asamblea Ge neral de la ONU. La mitad del discurso del presidente norteamericano estuvo dedicada a las relaciones bilaterales entre EE UU y la URSS, con particular insistencia en los asuntos de armamento Reagan, con un tono pacifista que contrastó con el discurso belicista prortunciado hace un año ante este mismo foro, trató también de otros conflictos regionales (Afganistán, Oriente Próximo, sureste asíático y Centroamérica).El núcleo central de la alocución del presidente norteamericano lo constituyó las relaciones entre Washington y Moscú, que sufren un evidente cambio de dirección con respecto a la política seguida hasta ahora por la Administración republicana. Reagan, que evitó los ataques directos a la URSS y pidió la reanudación de las negociacio nes para reducción y control de armas nucleares, intentó también desactivar las críticas de su adversario electoral en la carrera hacia la presidencia de EE UU, el demócrata Walter Mondale, que pide el establecimiento de reuniones periódicas entre los líderes de EE UU y la URSS. Reagan ha convertido la idea de Mondale en hecho y ha restado con ello bazas electorales a los demócratas cara a la elección presidencial estadounidense del próximo 6 de noviembre.

La oferta de negociaciones constructívas que Reagan ofreció a los soviéticos -y que será el principal objeto de las conversaciones Reagan-Gromiko del viernes en la Casa Blanca- pasa por la filosofía expuesta por el líder norteamericano ante la ONU de que "reconocernos que no hay otra alternativa que la negociación sobre el control de armas entre dos naciones con capacidad de destruir la civilización".

"Redoblaremos nuestros esfuerzos negociadores para llegar a resultados reales", prometió Reagan ante: la Asamblea de la ONU, "en Ginebra, para prohibir el uso de armas químicas; en Viena, para lograr una reducción real, lo más baja y en idénticos niveles, de las fuerzas convencionales entre soviéticos y norteamericanos, entre la OTAN y el Pacto de Varsovia; en Estocolmo, para acordar medidas concretas que mejoren la confianza mutua, reduzcan el riesgo de guerra y reafirmen nuestras convicciones sobre el uso de la fuerza".

Reagan aludió a la mejora de las comunicaciones de la línea directa entre Washington y Moscú, insistió en la mejora de las relaciones comerciales -en particular, por las ventas de cereales de EE UU a la URSS - y abogó por "una institucionalización de las reuniones ministeriales periódicas" entre los Gobiernosde Estados Unidos y de la Unión Soviética, "incluyendo las consultas a alto nivel político sobre problemas regionales".

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En relación con los conflictos regionales que amenazan con incrementar los riesgos de una confrontación Este-Oeste, Reagan hizo particular hincapié en la necesidad de utilizar fórmulas diplomáticas para hallar soluciones. En tal sentido, recordó que EE UU desea salidas políticas a la guerra entre Irán e Irak, al conflicto árabe-israelí, a la crisis de Líbano, a las tensiones del sureste asiático y a la crisis de la región centroamericana.

Por lo que respecta a esta región, elogió el éxito de la democracia de El Salvador y advirtió a Nicaragua "para que abandone su política de subversión y militarismo y cumpla las promesas de establecer una democracia". Reagan eludió referirse a los esfuerzos pacificadores del grupo de Contadora.

Retórica moderada

Con un "invito a los líderes del mundo a que se unan a nosotros en este nuevo comienzo" concluyó Reagan un discurso cuya retórica moderada -con citas sobre la reflexión y el espíritu pacifista de Mahatma Gandhi- no se sabe todavía muy bien si es fruto de necesidades electorales del momento o si, por el contrario, está pensada para traducirse en hechos durante la probable segunda Administración Reagan-Bush, ya que todos los sondeos dan a ese tándem como ganador de la elección presidencial del 6 de noviembre.

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