CATALUÑA

Detenidos dos de los delincuentes internacionales más buscados por la Interpol

Inmediatamente después de proceder a la detención de dos de los delincuentes internacionales más buscados por la Interpol, la policía de Barcelona ha solicitado la aplicación de la Ley Antiterrorista para ambos: los argentinos José Eduardo Vilarino y Carlos Alberto Chávez, localizados el pasado martes en un camping de Castelló d'Empúries (Gerona).Según fuentes policiales, a Vilarino, jefe de una peligrosa banda especializada en atracos y secuestros, se le atribuye la autoría material de los disparos que causaron la muerte de un policía nacional en Valencia el pasado mes de noviembre, y era el ...

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Inmediatamente después de proceder a la detención de dos de los delincuentes internacionales más buscados por la Interpol, la policía de Barcelona ha solicitado la aplicación de la Ley Antiterrorista para ambos: los argentinos José Eduardo Vilarino y Carlos Alberto Chávez, localizados el pasado martes en un camping de Castelló d'Empúries (Gerona).Según fuentes policiales, a Vilarino, jefe de una peligrosa banda especializada en atracos y secuestros, se le atribuye la autoría material de los disparos que causaron la muerte de un policía nacional en Valencia el pasado mes de noviembre, y era el jefe de una organización denominada Anónima de Secuestros, que operó impunemente en Italia en los años setenta.

Los inspectores de la Policía Judicial de Barcelona consideran que Vilarino fue el autor material de la muerte del policía Manuel Rodrigo Berenguer, miembro de la Unidad de Motos de la Policía de Valencia. El tiroteo en el que cayó abatido el agente se registró el pasado 4 de noviembre delante de la joyería Mira, situada en la calle de Correos de la capital valenciana.

Carlos Alberto Chávez, bonaerense, de 60 años, conocido como el Viejo, ingresó en la cárcel Modelo en verano del 82. Unos meses más tarde, fingiendo una enfermedad mental, logró que le destinaran al centro psiquiátrico de Santa Coloma, de donde huyó hace ocho meses. La policía logró localizarle poco después en el hotel Empuries, de Castelló d'Empuries, pero en vez de detenerle fue sometido a un cerco a la espera de que se reuniera con algún otro miembro de la banda. La policía quedó sorprendida al comprobar que su contacto era José Eduardo Vilarino en persona, quien había entrado en España con un Opel Corsa alquilado en Marsella.

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