Mitterrand y Thatcher reiteran su apoyo al despliegue de los euromisiles

Margaret Thatcher y François Mitterrand reiteraron ayer en Londres la negativa del Reino Unido y de Francia a que se incluyan sus propias fuerzas nucleares en las negociaciones de Ginebra. Este extremo, junto con el apoyo al despliegue de los euromisiles si la Unión Soviética, no acepta reducir sus SS-20, fueron los dos únicos puntos en los que el presidente francés y la primera ministra británica se mostraron mínimamente de acuerdo tras una cumbre de dos días celebrada en la capital inglesa. Aun así, Mitterrand se esforzó en una conferencia de prensa en marcar sus diferencias, por pequ...

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Margaret Thatcher y François Mitterrand reiteraron ayer en Londres la negativa del Reino Unido y de Francia a que se incluyan sus propias fuerzas nucleares en las negociaciones de Ginebra. Este extremo, junto con el apoyo al despliegue de los euromisiles si la Unión Soviética, no acepta reducir sus SS-20, fueron los dos únicos puntos en los que el presidente francés y la primera ministra británica se mostraron mínimamente de acuerdo tras una cumbre de dos días celebrada en la capital inglesa. Aun así, Mitterrand se esforzó en una conferencia de prensa en marcar sus diferencias, por pequeñas que éstas sean, respecto a la política de defensa de su colega británica.La reunión entre los dos líderes se celebró en un momento especialmente delicado. La Prensa británica informó precisamente ayer de un proyecto de ley elaborado por el Gobierno conservador para bloquear su aportación al presupuesto de la CEE en el caso de que la próxima cumbre europea, prevista para diciembre en Atenas, fracase en su intento de encontrar una solución definitiva para el problema británico. Margaret Thatcher no desmintió esta noticia, sino que se limitó a señalar que su Gobierno quiere reformar el sistema de financiación del Mercado Común "a fin de que sea más equitativo". El presidente de Francia no movió un músculo, pero recordó que es un problema comunitario, no franco-británico, y que estaban previstos numerosos encuentros con los diez a fin de discutir una posible solución.

Mitterrand devolvió diplomáticamente el mal rato a Margaret Thatcher con una larga intervención sobre la política de defensa. El presidente francés resaltó su, coincidencia con el Gobierno británico respecto a la no inclusión de sus respectivas fuerzas nucleares en la mesa de negociaciones de Ginebra, pero expresó su respeto y comprensión hacia los movimientos pacifistas.

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