Reacciones a la escalada terrorista de ETA

Más de medio millón de personas se manifestaron silenciosamenteen Madrid contra el terrorismo de ETA y por la democracia

Entre 500.000 y 600.000 personas se manifestaron ayer en Madrid, encabezadas por los principales dirigentes políticos, sindicales, patronales e institucionales, contra el terrorismo de ETA, por la democracia y por la paz en el País Vasco. La manifestación se realizó en silencio y sin incidentes relevantes a lo largo del paseo de la Castellana, y a su término el presidente de la Real Academia de la Lengua, Pedro Laín Entralgo, leyó un comunicado conjunto de las fuerzas convocantes, que terminó con vivas a España, a la Constitución y al Rey. Los manifestantes llenaron todo el recorrido previsto ...

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Entre 500.000 y 600.000 personas se manifestaron ayer en Madrid, encabezadas por los principales dirigentes políticos, sindicales, patronales e institucionales, contra el terrorismo de ETA, por la democracia y por la paz en el País Vasco. La manifestación se realizó en silencio y sin incidentes relevantes a lo largo del paseo de la Castellana, y a su término el presidente de la Real Academia de la Lengua, Pedro Laín Entralgo, leyó un comunicado conjunto de las fuerzas convocantes, que terminó con vivas a España, a la Constitución y al Rey. Los manifestantes llenaron todo el recorrido previsto para la marcha, desde la plaza de Colón a la de San Juan de la Cruz, junto al monumento a la Constitución.La manifestación había sido convocada por los partidos parlamentarias, los sindicatos y la patronal, con el lema que figuraba en la pancarta que abría la marcha: Contra el terrorismo, contra ETA. Por la democracia, España y su Constitución. Por la paz en el País Vasco. La pancarta iba sostenida por los dirigentes de las fuerzas convocantes, que se colocaron por el siguiente orden, de izquierda a derecha: Fernando Chueca Goitia (Unión Liberal), Enrique Curiel (PCE), Santiago Carrillo (PCE), Jorge Verstrynge (AP), Fernando Suárez (AP), José María Zufiaur (UGT), José María Cuevas (CEOE), Pedro Schwartz (UL), Marcelino Camacho (CC OO), Gerardo Iglesias (PCE), Óscar Alzaga (PDP), Manuel Fraga (AP), Ramón Rubial (PSOE), José María Maravall (ministro de Educación), Joaquín Almunia (ministro de Trabajo), Alfonso Guerra (vicepresidente del Gobierno), Gregorio Peces-Barba (presidente del Congreso), José Federico de Carvajal (presidente del Senado), Adolfo Suárez (CDS), Antonio Hernández Gil (presidente del Consejo de Estado), Nicolás Redondo (UGT), Carlos Ferrer (CEOE), Julián Ariza (CC 00) Antonio Gutiérrez (CC 00), Javier Sáenz Cosculluela (PSOE), Manuel chaves (UGT), José Luis Álvarez (PDP), Juan Carlos Guerra Zunzunegui (PDP), Agustín Rodríguez Sahagún (CDS), José Ramón Caso (CDS) y Antonio Garrigues (PDL).

Más información

Cabe observar que sindicalistas y dirigentes patronales marchaban juntos y en animada conversación No asistió el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Federico Carlos Sáinz de Robles cuya oficina de prensa informó por la mañana que la legalmente no podía asistir. Sin embargo, se sumaron particularmente algunos miembros del citado consejo. Entre los manifestantes figuraban también personalidades de la cultura, el arte, la prensa y otras corporaciones.

El presidente del Gobierno, Felipe González, y el ministro del Interior, José Barrionuevo, siguieron los acontecimientos desde sus despachos respectivos.

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La marcha se inició a las 19.37 horas en salida superior de la plaza de Colón, junto al Ministerio del Interior, y duró algo más de una hora, ya que a las 20.49 comenzaba Laín la lectura del comunicado, que duró cuatro minutos, y que fue interrumpida en varias ocasiones por los aplausos de los asistentes. Tras la pancarta de cabeza figuraba una gran bandera española, sostenida por el alcalde de Madrid, Enrique Tierno, que fue efusivamente recibido por sus convecinos; el presidente del Gobierno autónomo, Joaquín Leguina, y otras autoridades municipales y autonómicas, así como parlamentarios. Entre los manifestantes se observaron un par de centenares de banderas nacionales, así como diversas pancartas con lemas alusivos a los motivos de la manifestación. Una de ellas con un crespón negro, marchaba junto a una ikurriña. No había ningún signo partidista. Numerosas personas se colocaron en los laterales de la calzada para unirse a la manifestación cuando pasaba a su altura.

La manifestación estaba integrada por personas de toda clase y edad, a veces familias enteras con los hijos sobre los hombros de los padres, flanqueadas por un servicio de orden integrado por unos 600 militantes de los sindicatos UGT y CC OO.También guardaban la manifestación unos 200 policías municipales y apenas una docena de miembros de la Policía Nacional, junto ala cabeza. La organización corrió prácticamente a cargo del PSOE, y en especial del dirigente socialista Guillermo Galeote. Los manifestantes que esperaban en los laterales -unos 200.000, según la Policía Municipal- mostraban su apoyo aplaudiendo constantemente a la cabeza de la marcha y vitoreando a algunos de sus integrantes. Entre los más aplaudidos estuvieron Alfonso Guerra y Adolfo Suárez.

Problemas con la Prensa

La marcha se hizo a ritmo vivo, lo que permitió cubrir el recorrido en poco tiempo. Los manifestantes llegaron a llenar todo el recorrido, pues cuando la cabeza llegaba a la plaza de San Juan de la Cruz, la cola estaba empezando a salir de Colón. Cuando había transcurrido la mitad de la manifestación, la Policía Municipal madrileña difundió su cálculo de unas 300.00 personas marchando y 200.000 en los laterales. Finalizada la concentración, el Gobierno Civil de Madrid dio la cifra de 600.000 personas, basada en los datos de la Jefatura Superior de Policía. Guillermo Galeote afirmó que podría haber un millón. Por su parte, los organizadores calcularon unos 750.000 asistentes.

Los dirigentes de las fuerzas convocantes destacaron positivamente en diversas declaraciones la buena respuesta de los madrileños. Alfonso Guerra afirmó que con esta actitud el pueblo da fuerza al Gobierno para emplearse a fondo contra el terrorismo, en una lucha con "esfuerzo tremendamente renovado", mientras Fraga decía que la fuerza de la unanimidad demostrada ayer es un mandato al Gobierno para que actúe: "Eso se llama cerrar los periódicos que apoyan a los terroristas, buscar a sus dirigentes donde están, ilegalizar a Herri Batasuna, por ejemplo". Ferrer afirmó que ya hace mucho tiempo que era hora de decir basta, y que la manifestación significa "un apoyo al Gobierno para que pueda tomar las medidas necesarias para acabar con el terrorismo".

Estas declaraciones fueron recogidas por los informadores con notables dificultades, ya que el férreo servicio de orden les impedía prácticamente moverse, hasta el punto de que hubo conatos de plante por parte de los periodistas, ante la imposibilidad de desarrollar normalmente su trabajo. En un momento dado se produjo una aglomeración contra un vehículos de televisión, que llegó a bambolearse a causa de la presión. Galeote diría después que todo había transcurrido fluidamente, y que el único problema había sido la prensa.

Incidentes

Durante toda la manifestación no se produjeron incidentes importantes. Cabe destacar, no obstante, que al comienzo del recorrido hubo fuertes abucheos para un grupo de estudiantes que portaba una ikurriña con un crespón negro. Superado el enfrentamiento inicial, la ikurriña continuó el recorrido junto a la bandera española y una pancarta donde la universidad se pronunciaba contra el terrorismo, según informa Efe.

Terminada la manifestación, un grupo de jóvenes ultraderechistas se colocó junto a la estatua del general Franco erigida precisamente en la plaza de San Juan de la Cruz y comenzó a dar vivas al anterior jefe del Estado. La policía les advirtió que se callaran para evitar incidentes, advertencia que fue atendida por los jóvenes.

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