Corvalán defiende el derecho de los chilenos a luchar contra la tiranía

El pueblo chileno tiene el derecho fundamental a la insurrección contra la tiranía, sostiene el secretario general del Partido Comunista de este país, Luis Corvalán.Para Corvalán, en el momento actual chileno, "el pueblo es el principal protagonista, mientras la dictadura se encuentra en su peor situación desde 1973".

En coincidencia con el décimo aniversario del golpe de Estado que derrocó el régimen democrátíco en Chile, el dirigente comunista chileno publicó ayer un artículo en el diario soviético Pravda. "Pinochet mantiene a Chile en estado de guerra interior contra el pueblo...

El pueblo chileno tiene el derecho fundamental a la insurrección contra la tiranía, sostiene el secretario general del Partido Comunista de este país, Luis Corvalán.Para Corvalán, en el momento actual chileno, "el pueblo es el principal protagonista, mientras la dictadura se encuentra en su peor situación desde 1973".

En coincidencia con el décimo aniversario del golpe de Estado que derrocó el régimen democrátíco en Chile, el dirigente comunista chileno publicó ayer un artículo en el diario soviético Pravda. "Pinochet mantiene a Chile en estado de guerra interior contra el pueblo, y la única respuesta de su régimen sangriento a la protesta creciente de toda la sociedad chilena es la consumación de nuevos crímenes", señala.

El régimen militar chileno, según Corvalán, "está aislado, con los únicos apoyos de grupos fascistas y terroristas. Washington", agrega, "trata de mantener el régimen sangriento de Santiago con algunas modificaciones aparentes. Para garantizarse, con Pinochet o sin él, la continuidad de su esquema imperialista".

Tras rechazar el diálogo "imposible con las fuerzas políticas que protagonizan la represión", Corvalán denuncia los "intentos del departamento de Estado norteamericano de iniciar también un .diálogo entre fuerzas políticas, incluidos los movimientos fascistas, para hacer creer que es posible una alternativa que excluya al partido comunista".

Corvalán recuerda el golpe militar de 1973 y señala que, "una vez leído el libro de Heriry Kissinger, parece probarse que fue él mismo quien tomó el poder y no Pinochet".

"La experiencia chilena demostró", concluye Corvalán, "que el movimiento revolucionario debe ampliar las libertades del pueblo, pero sin permitir que los contrarrevolucion arios tengan la de abrirse su camino".