Olvidemos al 'Maine'

El misterioso hundimiento del acorazado norteamericano Maine en el puerto de La Habana se convirtió en la bandera de sangre de aquellos patrioteros que impulsaron la confrontación bélica con España en 1898, con el fin de ampliar el imperio norteamericano a Puerto Rico y las islas Filipinas. ( ... )Olvidemos la doctrina Monroe, que no fue sino un intento de la joven América por eludir los conflictos europeos y, posteriormente, un pretexto para la expansión. Es una doctrina que ofende a los latinoamericanos y que, como el caso del Maine, resulta irrelevante en la era nuclear. Conse...

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El misterioso hundimiento del acorazado norteamericano Maine en el puerto de La Habana se convirtió en la bandera de sangre de aquellos patrioteros que impulsaron la confrontación bélica con España en 1898, con el fin de ampliar el imperio norteamericano a Puerto Rico y las islas Filipinas. ( ... )Olvidemos la doctrina Monroe, que no fue sino un intento de la joven América por eludir los conflictos europeos y, posteriormente, un pretexto para la expansión. Es una doctrina que ofende a los latinoamericanos y que, como el caso del Maine, resulta irrelevante en la era nuclear. Conseguir que no haya bases soviéticas en América es una cuestión que deben resolver las dos superpotencias, como ya lo hicieron en Cuba tras un enfrentamiento que ninguna de las dos desearía que se repitiera.

Olvidemos el equilibrio global, que no es más que un paso en el establecimiento de esferas de influencia, influencia que debe ser merecida, como en el caso de Europa. Nicaragua ya no es, ciertamente, nuestra, como tampoco Pakistán o Afganistán son de la Unión Soviética. Kissinger tiene razón al afirmar que el poder mal administrado en algún punto puede acabar con el poder en todo el planeta; pero la prudencia no sólo emerge de los cañones de los fusiles. La deplorable transición nicaragüense desde una dictadura de derechas hasta otra de corte izquierdista es una lección, no una amenaza para la paz mundial.

Cuidado, en todo caso, con la teoría del dominó. Es preciso impedir que Nicaragua, como Cuba, exporte armas mediante una acción conjunta de las dos superpotencias, porque los bloqueos no impiden que las ideas radicales lleguen a implantarse en sociedades frágiles.

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¿Significa esto una aceptación del triunfo del comunismo que permita la aparición de nuevas Cubas, una aceptación de la doctrina de la revolución irreversible? Ciertamente, no. Ni siquiera Cuba será siempre una aliada de la Unión Soviética. Lo que depende, en gran medida, de la oferta que Estados Unidos sea capaz de realizar a los países latinoamericanos, incluidos los revolucionarios.

25 de julio

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