El poeta cubano Pablo Armando Fernández publicará varias obras en editoriales españolas

Pablo Armando Fernández, hombre, poeta y cubano, por este mismo orden, ha venido a España en una visita de amistad, personal y cultural. Entre otros objetivos, trae el de promover un mayor intercambio entre la literatura hecha en Cuba y la hecha en España. De momento, tras un recital de poemas en la Universidad de Barcelona, viaja a Madrid para concretar la publicación de sus obras.

Nació en Central Delicias hace 53 años. "Allí llamamos central al punto donde se elabora el azucar a partir de la caña. A su entorno, muchas veces, crece una población, como Delicias. Cuando yo era chico era...

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Pablo Armando Fernández, hombre, poeta y cubano, por este mismo orden, ha venido a España en una visita de amistad, personal y cultural. Entre otros objetivos, trae el de promover un mayor intercambio entre la literatura hecha en Cuba y la hecha en España. De momento, tras un recital de poemas en la Universidad de Barcelona, viaja a Madrid para concretar la publicación de sus obras.

Nació en Central Delicias hace 53 años. "Allí llamamos central al punto donde se elabora el azucar a partir de la caña. A su entorno, muchas veces, crece una población, como Delicias. Cuando yo era chico era una ciudad norteamericana. Sólo se hablaba el inglés, y para escuchar el español o castellano había que hacer varios kilometros. Yo creía que los ingleses eran todos negros, porque eran los únicos que veía por la calle. Los blancos, poderosos, vivían aislados". A los 14 años marchó a Nueva York para estudiar el bachillerato y una carrera universitaria "que nunca terminé, porque la escritura y mi indisciplina lo impideron". En Nueva York escribió sus primeros libros y descubrió su sentido de la identidad a través de la lengua castellana: "Mi formación era inglesa, pero descubrí que mi raíz no. Y empecé a escribir en castellano unos relatos que yo decía que eran cuentos y mis amigos que eran poesia, porque me insistían en que no pasaba nada, que sólo había impresiones, gestos, descripción de emociones ... Tenían razón, pero sólo en parte. Creo que eran poesía, pero que también eran cuentos".Fueron desgranándose los años y los libros, Salterio y las lamentaciones, Nuevos poemas, Toda la poesía, Libro de los héroes. Pablo Armando Fernández volvió a Cuba justo para ver la revolución, participar en ella y trabajar como subdírector en Lunes de Revolución, el suplemento literario del diario Revolución, "un suplemento que se publicaba, como indica su nombre, los lunes". Representante en Londres del Gobierno cubano y miembro, posteriormente, de la legación de Cuba en la UNESCO, volvió en cuanto pudo a la isla para colaborar en el Instituto de Literatura y Lingüística, de la Academia de Ciencias, como editor.

Hay algo de lo que se siente satisfecho: de escribir y de poder hacerlo con tranquilidad. "Nunca lo hubiera imaginado, pero he podido vivir de la literatura, directa o indirectamente, bien como autor o como editor. Eso es muy importante para mí".

Su viaje a España se relaciona con la publicación del libro de poemas Aprendiendo a morir, de la editorial Ocnos, que aparece este mismo mes, y de la posible publicación de Los niños se despiden, novela, en Alfaguara. Hasta ahora sólo se había publicado en España Un, sitio permanente, que fue presentada al premio Adonais y editada en 1970. Constata que en nuestra península no hay un excesivo conocimiento de la literatura cubana contemporánea. "Cuba", dice, "ha caído en una trampa: la de los defensores y los detractores. Además, cierta prensa sólo recoge lo que parece muy notorio, por lo que da la impresión de que todos los escritores se han ido de Cuba, y no es cierto. Algunos se fueron, pero no todos, ni tampoco los mejores. En la isla viven escritores con talento que enlazan con nuestra larga tradición poética".

Para Pablo Armando Fernández, hablar de tradición poética es hablar de los cubanos y de los no cubanos. Entre sus influencias reconoce y cita con precisión y conocimiento a la generación del 27 y a la de la guerra civil española. "Eso tiene una explicación: muchos de esos autores vivían en México, y los teníamos muy cerca. Alberti, Cernuda, Salinas, Miguel Hernández, Max Aub, Sénder, eran, creo, más leídos por nosotros que por los propios españoles".

Hoy, esos autores y los nuevos publican sus libros en Cuba: "Uno de nuestros grandes logros ha sido, en mi opinión, conseguir una gran labor de difusión cultural a través de las ediciones de Casa de las Américas. Hace unos años sólo había imprenta en México, Venezuela y Argentina, quiero decir imprenta con fuerte difusión fuera de los propios países. Hoy Cuba edita a una enorme cantidad de autores íberoamericanos". Insiste en lo de "íberoarnericanos", porque "Brasil también existe y tiene una literatura muy buena".

Considera que otro de los logros culturales de Cuba ha sido la integración de la cultura africana: "La mitología africana para nosotros es tan actual como la griega para Europa. Y eso nos enriquece. Es lo mismo que he visto en Cataluña con sus dos lenguas. Si yo fuera catalán no quisiera renunciar a ninguna, porque eso es de una amplitud cultural y de miras inmensa".

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