Shultz insiste en una estrategia económica de dureza ante Moscú

El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, inició en Bonn su gira por varios países europeos y defendió en la capital federal alemana la necesidad de una estrategia económica común de Occidente frente a la Unión Soviética. Al mismo tiempo, Shultz insistió en las posiciones de dureza de la Administración Reagan.Shultz espera que en "algunos meses" -no quiso fijar plazos- se conseguirá establecer una estrategia económica conjunta occidental frente a la Unión Soviética. El secretario de Estado negó que estas medidas estén relacionadas o sean la contraprestación necesaria al levant...

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El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, inició en Bonn su gira por varios países europeos y defendió en la capital federal alemana la necesidad de una estrategia económica común de Occidente frente a la Unión Soviética. Al mismo tiempo, Shultz insistió en las posiciones de dureza de la Administración Reagan.Shultz espera que en "algunos meses" -no quiso fijar plazos- se conseguirá establecer una estrategia económica conjunta occidental frente a la Unión Soviética. El secretario de Estado negó que estas medidas estén relacionadas o sean la contraprestación necesaria al levantamiento del embargo norteamericano contra las empresas europeas implicadas en el negocio del gasoducto soviético.

Estados Unidos espera que se amplíe la llamada lista Cocom, que prohíbe la exportación de determinados materiales estratégicos a la Unión Soviética. Lo mismo declaró Shultz en Bonn respecto a las exportaciones de alta tecnología relacionada con la obtención de energía. También en los créditos se trata de lograr una línea común de Occidente.

En Bonn, Shultz se abstuvo de cualquier tipo de declaración que pueda poner en dificultades al actual Gobierno de centro-derecha. La posición del Gobierno alemán es contraria a lo que pueda suponer un obstáculo a la exportación de sus productos en unos momentos de grave -crisis económica, pero se evita cuidadosamente todo lo que pueda provocar irritación a "nuestros amigos americanos".

En la conferencia de Prensa de ayer, Shultz mantuvo posiciones ya conocidas de la Administración Reagan. Dijo que acababa de regresar de un viaje por Latinoamérica donde había tenido ocasión de ver la actividad desestabilizadora de la Unión Soviética al enviar armas a aquella región.

En respuesta al ministro de Defensa soviético, Dimitri Ustinov, que acusó a Estados Unidos de romper el tratado SALT II con el previsto estacionamiento del nuevo cohete intercontinental MX, Shultz dijo que no es así; y añadió que con el MX ocurre algo similar a los cohetes de alcance medio, los euromisiles, porque Estados Unidos se limita a modernizar sus arsenales y conseguir un equilibrio nuclear con los cohetes atómicos que tiene estacionados la Unión Soviética.

Al lado de Shultz, el ministro de Asuntos Exteriores de la RFA, Hans-Dietrich Genscher, asentía con la cabeza a las palabras de su colega norteamericano.

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El jefe de la diplomacia norteamericana no ve por qué Estados Unidos tenga que cambiar su postura respecto a Polonia, si se levanta el estado de guerra. "Es el Gobierno de Polonia quien tiene que cambiar su postura respecto a su propio pueblo. Ya veremos si las cosas cambian realmente, ya lo comprobaremos. Esperemos que los cambios sean una realidad que traiga al pueblo polaco una situación mejor que la del último año".

Curiosamente, en la conferencia de Prensa, que duró algo menos de una hora, no se tocó el tema del doble acuerdo sobre el estacionamiento de los euromisiles atómicos de la OTAN. El punto central del interés de Shultz estaba en la estrategia común frente a la Unión Soviética en el campo económico.

No surgió tampoco en la conferencia de Prensa el tema de la amenazante guerra comercial entre Europa y Estados Unidos, un grave problema para las relaciones entre los aliados después del reciente fracaso de la conferencia del GATT en Ginebra. Genscher dijo por la noche, en su discurso durante la cena en honor de su colega, que "no podemos permitir que las actuales dificultades en las relaciones comerciales lleguen a ser una carga seria para las relaciones transatlánticas".

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