Amnistía Internacional denuncia matanzas generalizadas de campesinos guatemaltecos por el Ejército

Amnistía Internacional (AI) divulgó ayer que fuerzas militares guatemaltecas han dado muerte a más de 2.600 indígenas y campesinos en una nueva fase de la lucha antiguerrillera iniciada por el general Ríos Montt en marzo de este año. La organización humanitaria señala que unidades militares y de "defensa civil" -éstas de reciente formación- han destruido aldeas, torturado, mutilado y efectuado ejecuciones masivas en más de un centenar de incidentes entre marzo y julio de este año.

Los informes que siguen llegando a A I muestran que esta pauta ha continuado durante los meses recientes. L...

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Amnistía Internacional (AI) divulgó ayer que fuerzas militares guatemaltecas han dado muerte a más de 2.600 indígenas y campesinos en una nueva fase de la lucha antiguerrillera iniciada por el general Ríos Montt en marzo de este año. La organización humanitaria señala que unidades militares y de "defensa civil" -éstas de reciente formación- han destruido aldeas, torturado, mutilado y efectuado ejecuciones masivas en más de un centenar de incidentes entre marzo y julio de este año.

Los informes que siguen llegando a A I muestran que esta pauta ha continuado durante los meses recientes. La organización pro defensa de los derechos humanos cree que la cantidad de muertos es superior a las cifras ahora divulgadas.En uno de los episodios descritos, el 5 de abril, tropas regulares irrumpieron en una aldea de la región de El Quiché, trasladaron a todos los habitantes al juzgado, violaron a las mujeres, decapitaron a los hombres y mataron a los niños más pequeños golpeándoles contra las rocas en un río cercano.

En otras localidades, Mangal y Covadonga, y en el mismo día, perecieron otras 135 personas. La gente fue quemada viva en sus chozas, muerta a machetazos y ametrallada.

Entre las víctimas del exterminio se incluyen mujeres embarazadas, niños diminutos y ancianos.

El Ejército del presidente Ríos Montt, quien asumió el poder en marzo después de un golpe de Estado incruento, afirma que los muertos son guerrilleros o civiles asesinados por las guerrillas. Amnistía Internacional, sin embargo, señala que la información recibida apunta al Gobierno de Guatemala como responsable de un programa de exterminio en gran escala, en zonas rurales, de civiles desarmados.

Endémica desde hace una cuarto de siglo, la violencia ha rebrotado con toda su pujanza desde que el general Efraín Ríos Montt proclamó el estado de sitio el pasado 1 de julio. La calma aparente registrada tras el golpe de Estado del 23 de marzo fue de corta duración, y las promesas de apaciguamiento del nuevo hombre fuerte del país han resultado vanas.

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A lo largo del mes de mayo, los diarios guatemaltecos reseñaron un total de 567 muertos; 532 personas perecieron tan sólo en junio, durante los treinta días que duró el ofrecimiento de amnistía a la guerrilla para que depusiera las armas.

La Prensa se encuentra actualmente reducida al silencio y sus informaciones en este terreno son siempre oficiales. En julio y en agosto, 621 asesinatos fueron oficialmente censados en el campo, la mayoría de ellos de campesinos indios. Por primera vez, cuatro presuntos miembros del grupo Ejército Guerrillero de los Pobres, uno de los cuatro que operan en el país, fueron fusilados el 17 de septiembre en un cementerio de la capital.

En esta "batalla final contra la guerrilla", el Ejército practica la táctica de la tierra quemada. Para que la población sea mejor controlada, miles de indios han sido desplazados a "aldeas estratégicas" y algunos de ellos encuadrados en milicias campesinas. Aterrorizados, muchos de ellos han huido a México.

Según responsables de la ONU, más de 9.000 familias se habrán refugiado en ese país vecino desde la proclamación del estado de sitio.

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