Satisfacción de Esquerda Galega por el eco de sus acciones en Europa

"Nuestra presencia ha servido para que los pueblos de Bélgica y Holanda adquieran mayor conciencia sobre el problema que representa para Galicia el vertido de residuos radiactivos que realizan sus gobiernos en el Atlántico", han declarado a su llegada a Vigo los integrantes de los colectivos ecologistas del partido Esquerda Galega, que protagonizaron diversos actos de protesta durante la última semana en los países citados."Creían que éramos turistas o algo parecido. No podían imaginar que nos hubiésemos desplazado expresamente desde Galicia para reflejar en Bélgica y Holanda la movilización p...

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"Nuestra presencia ha servido para que los pueblos de Bélgica y Holanda adquieran mayor conciencia sobre el problema que representa para Galicia el vertido de residuos radiactivos que realizan sus gobiernos en el Atlántico", han declarado a su llegada a Vigo los integrantes de los colectivos ecologistas del partido Esquerda Galega, que protagonizaron diversos actos de protesta durante la última semana en los países citados."Creían que éramos turistas o algo parecido. No podían imaginar que nos hubiésemos desplazado expresamente desde Galicia para reflejar en Bélgica y Holanda la movilización popular que existe aquí contra el lanzamiento al mar de desechos nucleares".

"La acción que más repercusión tuvo fue el encadenamiento al tren que transportaba los residuos", explica Chema Cancelo, portavoz del grupo. "Participamos grupos ecologistas belgas, holandeses y nosotros, que asumimos toda la responsabilidad. Contábamos los segundos. Sabíamos que primero venía un tren de despiste y a un minuto el verdadero, que traía los contenedores. Iba fuertemente escoltado por gendarmes y dos helicópteros sobrevolaban el trayecto. El grueso del grupo, unas cien personas, se sentó en la vía. Colocamos avisos de obstáculos a quinientos y a cuatrocientos metros y más adelante una señal de parada. El tren frenó, pero la policía intervino contundentemente. En ese momento nos encadenamos ocho al vagón de cola. Estuvimos quince minutos hasta que la policía cortó las cadenas con enormes tenazas y nos trasladó a comisaría".

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"Recibimos muy mal trato, todo hay que decirlo", continúa Cancelo, "porque en las veinte horas que fuimos detenidos no nos dieron más que un café negro y un trozo de pan; a lo mejor fue porque nos habíamos negado a prestar declaración en otro idioma que no fuera el gallego".

Además del encadenamiento, los ecologistas gallegos participaron en una manifestación en la plaza Dam, de Amsterdam ,junto con parlamentarios socialistas y, ya en Bélgica, estuvieron presentes en un debate público sobre energías alternativas en el que participaban la secretaria de Medio Ambiente del Gobierno belga y representantes de los seis partidos mayoritarios, a quienes mostraron su disconformidad con el lanzamiento de desechos radiactivos al océano.

Los medios informativos holandeses flamencos y valones se han volcado con las acciones de la expedición gallega. "En general ha habido más repercusión allí que aquí, aunque en el fondo era eso lo que buscábamos".

"Nos expulsaron", concluye Chema Cancelo, "por alteración del orden y por 'poner en peligro la seguridad del Estado'. Nuestra expulsión afecta a todos los países del Benelux pero es temporal: sólo mientras duren los vertidos".

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