Un símbolo del cine norteamericano

Una carrera con John Ford

Henry Fonda comenzó su carrera cinematográfica, que le llevaría a intervenir en unas cien películas, en Contrastes (1935), de Victor Fleming, Y continuó este mismo año con A través de la tormenta, de Henry King y Canción de amor, de John CronwelI.En 1937 Fritz Lang le contrató para Sólo se vive una vez, en la que encarna a un personaje atormentado. En 1938 compartió el protagonismo de Jezabel, de William Wyler, con Bette Davis. Este mismo año interpretó, entre otros personajes, el de Alexander Graham Bell, en la película El gran milagro, de Irvi...

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Henry Fonda comenzó su carrera cinematográfica, que le llevaría a intervenir en unas cien películas, en Contrastes (1935), de Victor Fleming, Y continuó este mismo año con A través de la tormenta, de Henry King y Canción de amor, de John CronwelI.En 1937 Fritz Lang le contrató para Sólo se vive una vez, en la que encarna a un personaje atormentado. En 1938 compartió el protagonismo de Jezabel, de William Wyler, con Bette Davis. Este mismo año interpretó, entre otros personajes, el de Alexander Graham Bell, en la película El gran milagro, de Irving Cummings y el del joven Abraham Lincoln en la película de John Ford del mismo título.

Con Ford inició una actividad' continuada que se prolongó con Corazones indomables y que alcanzó en 1940 su primera candidatura para un oscar en Las uvas de la ira. Del humanismo de Ford pasó en 1941 a la frivolidad de Preston Sturges en Las tres noches de Eva. Se mantuvo fiel a John Ford a cuyas órdenes interpretó todavía Tierra de audaces, Pasión de los fuertes, El fugitivo, Fort Apache y Escala en Hawai, versión cinematográfica de Mister Roberts.

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Entre otras obras maestras intervino también en Guerra y paz, de King Vidor, y Falso culpable de Alfred Hitchcock, ambas de 1956; Doce hombres sin piedad (1957) de Sidney Lumet; El hombre de las pistolas de oro (1959), de Edward Dmytryck; Tempestad sobre Washington (1962), de Otto Preminger; La pícara soltera (1964), de Richard Quine; El día de los tramposos (1970), de Joseph L. Mankiewiez; Fedora (1978), de Billy Wilder y En el estanque dorado (1981), de Mark Rydell.

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