Monografía sobre la obra de Luis Moya, 'constructor de las mejores iglesias del siglo'

El autor de la Universidad de Gijón cree en la continuidad de la tradición

La monografía La arquitectura de Luis Moya Blanco acaba de ser publicada por el Colegio de Arquitectos de Madrid, donde ha permanecido expuesta una muestra de sus proyectos realizados entre 1933 y 1964. IA muestra fue clausurada con una mesa redonda en la que participaron el propio arquitecto y el autor de la monografía, Antón Capitel, profesor adjunto de Elementos de Composición, en la Escuela de Arquitectura de Madrid. Para el autor, "Luis Moya es el gran arquitecto historicista de posguerra, que cree en la continuidad de la tradición clásica".

Luis Moya, madrileño, de 78 años, arquit...

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La monografía La arquitectura de Luis Moya Blanco acaba de ser publicada por el Colegio de Arquitectos de Madrid, donde ha permanecido expuesta una muestra de sus proyectos realizados entre 1933 y 1964. IA muestra fue clausurada con una mesa redonda en la que participaron el propio arquitecto y el autor de la monografía, Antón Capitel, profesor adjunto de Elementos de Composición, en la Escuela de Arquitectura de Madrid. Para el autor, "Luis Moya es el gran arquitecto historicista de posguerra, que cree en la continuidad de la tradición clásica".

Luis Moya, madrileño, de 78 años, arquitecto, profesor e investigador, académico de Bellas Artes en 1953, catedrático de Composición, director de la Es cuela de Arquitectura de Madrid en 1963 y conservador del edificio de la Biblioteca Nacional desde los años treinta, está aleja do de la profesión, aunque sigue ejerciendo su magisterio en la Universidad de Navarra. Hace unos días participó en un ciclo del Colegio Mayor San Juan Evangelista, de Madrid, con una conferencia sobre Razón y sensibilidad en la composición arquitectónica. Entre sus obras figuran la Universidad Laboral de Gijón, el Museo de América, la iglesia de San Agustín y el Colegio Mayor Chaminade, en Madrid. La monografía escrita por Antón Capitel recoge en su primera parte el pensamiento arquitectónico, y en la segunda, una antología de sus obras, con una descripción de los edificios y el modo de proyectar. Parte de este material gráfico ha estado expuesto en el Colegio de Arquitectos, con secciones dedicadas a la obra de anteguerra, con el anteproyecto de Museo de Arte Moderno (1933); El surrealismo y el clasicismo, en la reconstrucción del foro romano (1937), y el Sueño arquitectónico para una exaltación nacional (1937-38); la búsqueda de una academia española, en el proyecto del Escolasticado de Carabanchel (1942); la edificación de iglesias, con los planos de la iglesia de San Agustín (1951) una iglesia en Torrelavega (1957) y la capilla del colegio del Pilar (1962); La ciudad ideal, con la Universidad Laboral de Gijón (1946-57), y Al otro lado del paraíso, con el proyecto del Colegio Mayor Chaminade (1964).

Un clasicismo surrealista

"Luis Moya es un arquitecto muy profundo, gran constructor y profesor", dice Antón Capitel. "Su arquitectura historicista tiene un gran interés y mucha influencia en otros arquitectos, además de construir las mejores iglesias españolas de este siglo". En los años anteriores de la guerra, Moya fue arquitecto de contrata del edificio Capitol, de Madrid; gana el concurso nacional de 1933 con el anteproyecto de Museo de Arte Moderno, ensaya el racionalismo y dedica gran parte de su trabajo teórico a la arquitectura antigua. Durante el asedio de Madrid realiza el Sueño arquitectónico para una exaltación nacional, "un clasicismo como surrealista", según Antón Capitel, para quien Moya no participa del intento de la arquitectura de Estado propugnada por los arquitectos del régimen.El proyecto de la Universidad Laboral de Gijón, desde 1946 a 1957, es la etapa, central de Luis Moya, donde se aleja del clasicismo para "recuperar la tradición española". En los años cincuenta se incorpora a una versión moderna, con una serie de obras poco conocidas. "A Moya se le ha acusado de mal gusto", dice Anton Capitel, "y nunca se valoró lo que tenía de surrealista. Es un arquitecto que cree que la tradición clásica puede incluir a lo moderno. Permanece fiel a la idea de la construcción, de sus usos y su belleza, siendo un técnico muy potente y cuidadoso, en especial con su experimentación de las bóvedas de ladrillo. Su obra no tiene seguidores, pero sí una gran influencia por su inteligente labor".

El interés de Capitel por Moya se remonta a su tesis doctoral, completada para esta monografía, "que quiere transmitir una reflexión profesional, cultural y estética de su obra en el contexto de la arquitectura española".

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