Claude Cheysson vuelve mañana
Tras lo ocurrido el martes en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), la posición francesa continúa siendo la misma, "salvo que surja un acontecimiento realmente nuevo", según declararon ayer fuentes competentes del Ministerio de Relaciones Exteriores.Claude Cheysson, el jefe de la diplomacia francesa, vuelve mañana a Madrid para expresarse, ante en la CSCE, en los mismos términos, esencialmente, en que lo hubiese hecho el martes. Es decir Francia condena la intervención de los militares en Polonia, solicita la liberación de los internados, que se levante el estado de gu...
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Tras lo ocurrido el martes en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), la posición francesa continúa siendo la misma, "salvo que surja un acontecimiento realmente nuevo", según declararon ayer fuentes competentes del Ministerio de Relaciones Exteriores.Claude Cheysson, el jefe de la diplomacia francesa, vuelve mañana a Madrid para expresarse, ante en la CSCE, en los mismos términos, esencialmente, en que lo hubiese hecho el martes. Es decir Francia condena la intervención de los militares en Polonia, solicita la liberación de los internados, que se levante el estado de guerra, y que se reanude el diálogo entre las tres fuerzas representativas del país: la Iglesia, Solidaridad y las autoridades de Varsovia.
Todo esto teniendo en cuenta que Cheysson estima "útil el proceso de Helsinki para presionar a los soviéticos y a los polacos y, por ello, no pedirá la interrupción de la CSCE, aunque se sumaría a una eventual mayoría en ese sentido".
Los medios oficiales franceses consideran delicado el pronunciarse, en estos momentos, sobre la suerte de la conferencia. Sabido es que, ayer, Suiza, aseguró que se declararía contra su prolongación.
En París se evoca este hecho como un síntoma tener en cuenta, pero nada más. Los observadores recuerdan aquí que las relaciones comerciales de Francia y la República Federal de Alemania con los países del Este son importantes, y que ese dato pesa en su comportamiento.
En Francia, tras lo ocurrido el lunes en Madrid, y con la salvedad de los comunistas, se consideran los Acuerdos de Helsinki como papel mojado. Y, en el fondo, al margen de los comunistas igualmente, la opinión se siente identificada con Estados Unidos cuando estos solicitan firmeza frente a la URSS.
Ahora bien, Francia no quiere que, a causa de la tensión Moscú-Washington, toda su política se confunda con la del presidente Ronald Reagan.