Compromiso de los militares para dejar el poder en Uruguay antes de 1986

Las fuerzas armadas uruguayas dejarán el poder antes de 1986, según fuentes de los partidos políticos tradicionales que discuten con el Ejército el futuro político del país. El actual régimen militar dará paso a otro de corte civil, antes de 1986, con lo cual la vía hacia el restablecimiento de la democracia en Uruguay quedará, según estas fuentes, abierta.A finales del mes de julio, las autoridades uruguayas darán a conocer el nombre del futuro presidente, probablemente un militar, que sustituirá en este cargo al octogenario Aparicio Méndez. El nuevo mandato presidencial será inferior a cinco...

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Las fuerzas armadas uruguayas dejarán el poder antes de 1986, según fuentes de los partidos políticos tradicionales que discuten con el Ejército el futuro político del país. El actual régimen militar dará paso a otro de corte civil, antes de 1986, con lo cual la vía hacia el restablecimiento de la democracia en Uruguay quedará, según estas fuentes, abierta.A finales del mes de julio, las autoridades uruguayas darán a conocer el nombre del futuro presidente, probablemente un militar, que sustituirá en este cargo al octogenario Aparicio Méndez. El nuevo mandato presidencial será inferior a cinco años.

Dentro del marco de las conversaciones que siguen los representantes de las fuerzas armadas y los de los partidos políticos tradícionales, Blanco y Colorado, se ha decidido la rehabilitación de una parte de las 8.000 personas privadas de sus derechos políticos tras el golpe militar de 1973. El anuncio de las rehabilitacione7s se hará el próximo 30 de julio, según informó un dirigente del Partido Blanco que forma parte de la representación que dialoga con las fuerzas armadas.

Igualmente, los partidos autorizados para desarrollar actividades redactarán sus propios estatutos y se integrarán al Consejo de Estado, órgano que reemplaza a la anterior asamblea legislativa. Además, las bases para una futura libertad de asociación han quedado fijadas con la autorización de las reuniones de hasta cuarenta personas, previa notificación al Gobierno.

En el plano sindical, el diálogo ha cristalizado en la permisividad de ciertas actividades, de acuerdo con una ley de Asociaciones Profesionales recientemente promulgada.

Según lo acordado, se modificará asimismo la Constitución de 1967, previa consulta a los partidos, en vez desedactar un nuevo texto constitucional, como había sido previsto inicialmente.

El diálogo político en Uruguay se inició después del rechazo, el pasado mes de noviembre, del pueblo uruguayo al plebiscito que intentaba conseguir la perpetuación e institucionalización del régimen militar uruguayo. Por el momento, según fuentes políticas, tos civiles no accederán a puestos políticos.

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