Boadella: "Los comediantes tenemos que ser mas feroces"'

Su último montaje, "Operación Ubú", acusado de anticatalanismo

«Me encantaría ser nombrado bufón general del reino, o algún cargo así, que me permitiera meterme con todo el mundci», decía Albert Boadella en su fugaz paso por Madrid con moti,vo de la doble reposición de Els Joglars en la Sala Olimpia, M- 7 Catalonia y Laertius. «El teatro en España se ha vuelto muy suave, se está convirtiendo en el típico teatro de Estado moderno. Los comediantes se integran poco a poco y pierden ese desarraigo que Permite un distanciamiento crítico. Teriemos que ser más feroces».

Con Operación Ubú, su último montaje realizado por el Teatre Lliure que se repr...

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«Me encantaría ser nombrado bufón general del reino, o algún cargo así, que me permitiera meterme con todo el mundci», decía Albert Boadella en su fugaz paso por Madrid con moti,vo de la doble reposición de Els Joglars en la Sala Olimpia, M- 7 Catalonia y Laertius. «El teatro en España se ha vuelto muy suave, se está convirtiendo en el típico teatro de Estado moderno. Los comediantes se integran poco a poco y pierden ese desarraigo que Permite un distanciamiento crítico. Teriemos que ser más feroces».

Con Operación Ubú, su último montaje realizado por el Teatre Lliure que se representa actualmente en Barcelona, Albert Boadella ha empezado a hacer méritos para el cargo de bufón oficial. La operación es la de un importante personaje político que, ante el incremento de sus tics y tensiones, decide someterse a la terapia del psicodrama, bajo el signo de Ubú, símbolo de la ambición y de la crueldad. A medida que avanza el tratamiento y se libera de inhibiciones, el paciente manifiesta sus reprimidas ansias de poder y termina declarándose dios. Algún representante de la política catalana se ha visto aludido y parodiado en Operación Ubú y se han producido di versas reacciones en forma de ataque.«La obra ha molestado a los padres de la patria y a la clase política en general. porque es una radiografía de las ambiciones que alienta el hombre político medio», comenta Boadella, «como siempre que algo no gusta o molestase ha lanzado el grito de anatema y los mismos que antes te acusaban de antiespañolismo te llaman ahora anticatalanista».

A principios de marzo de 1978, hace ya tres años, se celebraba el consejo de guerra por el asunto de La Torna. Mirando hacia atrás sin ira, ¿,qué huellas quedan de aquel largo proceso?

«Están todavía los dos sumarios pendientes en la Audiencia de Barcelona y, por otra parte, lo que: yo llamo pelota de pérdidas, el, déficit que nos reportó la prohibición de las 250 representacones previstas. El único aspecto positivo que contabiliza BoadeIla es el balance del caso El JogIars es el haber vinculado el grupo a la historia del teatro.

Desde sus tiempos de estudiante inconformista en el Instituto del Teatro, hasta aquí, han transcurrido para Boadlella casi veinte años de actividad teatral cuya línea de continuidad se aprecia en «la visión irónica y humorística de las tragedias de la bestia humana y una crítica constante al entorno en que vive».

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