Entierro del crítico de arte Sebastián Gasch

Ayer fue enterrado en Barcelona el escritor y crítico de arte Sebastiá Gasch, quien falleció anteanoche, a los 83 años de edad, tras una larga enfermedad. Fue condiscípulo de Joan Miró y Joan Prats en el círculo artístico de Sant Lluch, en Barcelona. En 1925 abandonó la pintura e inició su actividad como crítico de arte en la Gaseta de les Arts. Buen conocedor de la cultura francesa del momento, propaga el ideario de Le Corbusier y de los movimientos vanguardistas desde las páginas de L´Amic de les Arts (1925-1929).

En 1928 firmó, junto con Salvador Dalí y Lluis Montan...

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Ayer fue enterrado en Barcelona el escritor y crítico de arte Sebastiá Gasch, quien falleció anteanoche, a los 83 años de edad, tras una larga enfermedad. Fue condiscípulo de Joan Miró y Joan Prats en el círculo artístico de Sant Lluch, en Barcelona. En 1925 abandonó la pintura e inició su actividad como crítico de arte en la Gaseta de les Arts. Buen conocedor de la cultura francesa del momento, propaga el ideario de Le Corbusier y de los movimientos vanguardistas desde las páginas de L´Amic de les Arts (1925-1929).

En 1928 firmó, junto con Salvador Dalí y Lluis Montanyá, el llamado Manifest groc (Manifiesto amarillo), el documento literario más conocido del vanguardismo catalán de los años veinte. Este documento -editado y distribuido por sus propios autores- contenía una denuncia del Noucentisme como corriente mitificadora del helenismo, y una afirmación de las nuevas corrientes artísticas ligadas al progreso de la técnica. El manifiesto tuvo su continuidad en los Fulls grocs (Hojas amarillas) -de los que sólo apareció el número uno-, y en el que escribieron Gasch, Montanyá y Guillermo. Díaz-Plaja.

Alternó la crítica del arte con la crítica de music-hall y de circo en el diario La Publicitat y la revista Mirador. Fue también crítico de cine en el semanario L'Opinió. En esta época -finales de la década de los veinte- sostuvo una intensa correspondencia con Federico García Lorca, con quien mantuvo estrechos lazos de amistad.

Finalizada la guerra civil, residió en Francia hasta 1942, en que regresó a Barcelona. En 1946 reanudó su labor periodística desde las páginas del semanaño Destino.

Entre sus obras destacan La pintura catalana (1938), La danza (1946), El circo y sus figuras (1946), L`Expansió de l'art catalá al món (1953), París, 1940 (1956), Barcelona de nit (1957) y Les nits de Barcelona (1969).

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