Adelpha convoca asamblea general para el próximo mes de octubre

Javier Tusell y Sáenz Díez niegan toda intervención en los problemas de la asociación

Esta tarde se reúne la junta directiva de la Asociación de Defensa Ecológica y del Patrimonio Histórico-artístico (Adelpha), como continuación de la sesión que se inició ayer y que duró desde las siete de la tarde hasta las tres y cuarto de la madrugada, sin haber podido concluir su orden del día. Lo tormentoso y prolongado de la reunión se debió a la división interna que afecta a la asociación (véase EL PAÍS de ayer) y que enfrenta a dos sectores dentro de su junta directiva.

A la reunión asistieron, bien en presencia o por delegación, los dieciocho miembros de la junta, que adoptaron ...

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Esta tarde se reúne la junta directiva de la Asociación de Defensa Ecológica y del Patrimonio Histórico-artístico (Adelpha), como continuación de la sesión que se inició ayer y que duró desde las siete de la tarde hasta las tres y cuarto de la madrugada, sin haber podido concluir su orden del día. Lo tormentoso y prolongado de la reunión se debió a la división interna que afecta a la asociación (véase EL PAÍS de ayer) y que enfrenta a dos sectores dentro de su junta directiva.

A la reunión asistieron, bien en presencia o por delegación, los dieciocho miembros de la junta, que adoptaron ya dos acuerdos concretos: la supresión del comité ejecutivo -que era el que actuaba en nombre de Adelpha, sin consultar al resto de la junta-, de tal manera que a partir de ahora será la junta en pleno quien recabe para sí todas las competencias. El segundo acuerdo es la convocatoria de asamblea general para el próximo 17 de octubre, con un orden del día que incluye la elección de nueva junta directiva, la reforma de los estatutos y el examen de la relación entre la Junta de Madrid y las regionales.Por su parte, el director general del Patrimonio Histórico-Artístico, Archivos y Museos, implicado en los informes confidenciales que han cruzado entre sí los sectores enfrentados en Adelpha, ha señalado que no ha intervenido jamás en la vida interna de esta asociación. «He visto lo que publica la prensa, y carezco de otra información, y además no creo que el tema sea de interés particular para mí. Se trata de una asociación privada, cuyos comunicados y reclamaciones recibimos y atendemos, como los procedentes de otras muchas asociaciones de vecinos, de amigos de los castillos o de Hispania Nostra, por poner otros ejemplos. Luego, nuestros expertos dictaminan. Javier Tusell hizo asimismo notar que hace algún tiempo se querelló criminalmente contra Adelpha, que había difundido informaciones falsas sobre sus actuaciones. «En todo caso, no tengo ni tiempo ni interés en intervenir en la vida de esta asociación, ni de ninguna otra de carácter privado, aunque esta dirección general siempre atenderá todas las reclamaciones que le lleguen sobre temas de nuestra competencia».

Juan Ignacio Sáenz Diez, asesorjefe del ministro de Cultura y diputado de UCD por Soria y ex vicepresidente de Adelpha, también ha salido al paso de las informaciones que le implican en esta batalla interna. «En el terreno personal», señala, «y ante la acusación de "trepa" político, tengo que señalar que todos mis cargos lo son al servicio de la cultura, de la ecología y de la defensa del patrimonio. Y la cultura es un mal camino para una carrera política». Sáenz Díez es presidente de la Comisión del Medio Ambiente del Congreso, concejal encargado de monumentos y museos en el Ayuntamiento de Soria y consejero para el patrimonio del Consejo General de Castilla y León. «Llevo toda mi vida luchando por estos temas y seguiré en ello cuando abandone mis cargos políticos. No me considero un político puro, sino un defensor de la cultura a través de la política ».

En el tema de la división de Adelpha, Sáenz Díez señala que no ha sido el ministerio quien ha intervenido en la asociación, sino al revés. «Yo dimití de Adelpha al ser nombrado asesor de Cultura -aunque hay otro asesor ministerial que sigue siendo vicepresidente de la asociación-, con el acuerdo de todos. Pero me aterrorizó ver que algunos, en Adelpha, entraban en el juego de intentar intervenir en el poder y de nombrar sucesor al dimitido subdirector general del patrimonio, atacando a altos funcionarios del ministerio y defendiendo a otros. Adelpha no ha sido amordazada -véase el caso del puente en Soria-, sino que se han proyectado en ella los problemas internos del Ministerio de Cultura, y eso ha producido su ruptura. La política de nombramientos ha sido una bomba que le ha estallado a la asociación entre las manos, esto me produce tristeza».

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