Los precios del petróleo y la agricultura impidieron la reactivación económica en 1979

La subida del precio del petróleo, a mediados del pasado año, y los primeros balances agrícolas truncaron la esperanza de reactivación en 1979 y, nuevamente, aumentó el nivel de incertidumbre y paro, afirma un estudio del Banco Central, pese a que en el primer semestre el ritmo productivo fue excelente, con tasas próximas al 3%.Tras constatar las grandes líneas de la economía española en 1979, continuidad de la política iniciada en el ejercicio anterior (estímulos a una expansión de actividad, con inflación controlada, utilizando medidas monetarias y fijando un techo al alza salarial), el estu...

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La subida del precio del petróleo, a mediados del pasado año, y los primeros balances agrícolas truncaron la esperanza de reactivación en 1979 y, nuevamente, aumentó el nivel de incertidumbre y paro, afirma un estudio del Banco Central, pese a que en el primer semestre el ritmo productivo fue excelente, con tasas próximas al 3%.Tras constatar las grandes líneas de la economía española en 1979, continuidad de la política iniciada en el ejercicio anterior (estímulos a una expansión de actividad, con inflación controlada, utilizando medidas monetarias y fijando un techo al alza salarial), el estudio del Banco Central pasa a detallar las distintas magnitudes e indicadores.

La expansión del producto interior bruto creció en 1979, en términos nominales, en el 18,3%, equivalente a una expansión real del 2,01%, «a pesar del recorte que ha supuesto el encarecimiento de las compras de crudos, que puede estimarse próximo al 1%».

El gasto en consumo petrolero evolucionó en 1979 con una expansión del volumen de compras del 4% (con un aumento del precio promedio del 28,,5%). La proporción de la compra de crudos sobre el valor total de las importaciones de bienes y servicios ha pasado de un 14%, entre,1970 y 1974, a una participación próxima al 24% desde 1976 hasta la fecha. En-el sentido contrario, la factura del petróleo, que hasta 1974 significó el 15%-16% de las exportaciones, ascendió hasta alcanzar la cifra récord del 39% en 1976, para, a partir de ahí, descender hasta el 28% de 1978. Esto denota, según el estudio del Central, «una capacidad de respuesta y adaptación de la economía española muy notables».

El encarecimiento del combustible ha podido influir en el consumo privado, que creció 1,9% (inferior al del año anterior). Por acción de los precios, la expansión del gasto de los consumidores se cifra en el 18%, con una elevación implícita de precios del 15,8%.

El gasto del sector público se mantuvo en niveles equivalentes -un 5,6%-, si bien en valores nom inales significa el 22,8

La mayor variación de comportamiento, con respecto a 1978, se atribuye a la inversión. La formación bruta de capital en 1979 fue positiva, con un alza estimada del 0,6% (el año anterior había descendido un 4,5 %).

Desde el punto de vista sectorial, construcción y agricultura, con retrocesos del 2,7% y de más del 2%, fueron los más regresivos. Sin embargo, la expansión real del resto de la industria (cifrada en el 2,6%) origina que el efecto neto del sector secundario supere la expansión de 1,3% (unas décimas por encima de la registrada en 1978). El sector servicios, por el contrario, registró un cierto estancamiento con respecto a ejercicios anteriores (creció un 2,9% frente al 4% de 1978), debido fundamentalmente a la caída del turismo.

El estudio del Banco Central, tras la exposición de estos datos, que reconoce inferiores a los de 1978, insiste en el hecho positivo de los nuevos modos empresariales y de la sensatez del comportamiento de los interlocutores sociales frente a la gravedad de la crisis.

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