La defensa ecológica del Mediterráneo, paralizada por falta de aportaciones

La mayoría de las actividades del plan de acción para la lucha contra la contaminación del Mediterráneo, que se desarrollan dentro del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) tendrán que ser paralizadas a finales del próximo mes de marzo si determinados países ribereños, entre ellos España, no aportan al fondo financiero la parte que, en su día, se comprometieron a pagar.Este es el principal punto que se ha debatido en la reunión intergubernamental de los Estados ribereños del Mediterráneo, que se clausurará hoy en Barcelona, y que se inició el pasado lunes con la as...

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La mayoría de las actividades del plan de acción para la lucha contra la contaminación del Mediterráneo, que se desarrollan dentro del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) tendrán que ser paralizadas a finales del próximo mes de marzo si determinados países ribereños, entre ellos España, no aportan al fondo financiero la parte que, en su día, se comprometieron a pagar.Este es el principal punto que se ha debatido en la reunión intergubernamental de los Estados ribereños del Mediterráneo, que se clausurará hoy en Barcelona, y que se inició el pasado lunes con la asistencia de diecisiete países. También se analizaron los progresos realizados en la aplicación del plan de acción para el Mediterráneo y el programa de trabajo para 1980.

España aún no ha pagado los 412.200 dólares que prometió aportar al fondo fiduciario de los países ribereños. En la lista de morosos también figura Italia, que junto con Francia y España son los principales responsables de la contaminación del Mediterráneo, y, por tanto, los que mayor parte tienen en los gastos que el PNUMA está haciendo pagar a los países ribereños,

La necesidad de evaluar y reducir los niveles de contaminación del Mediterráneo ya fue acordada por los países ribereños en una, reunión celebrada en 1975. Desde entonces se han venido realizando estudios de investigación para determinar el grado y las fuentes de contaminación. Según los datos que se poseen actualmente, el 85% de la contaminación mediterránea proviene de tierra firme, especialmente residuos urbanos e industriales, fertilizantes, pesticidas y otros agentes contaminantes.

El próximo mes de junio se celebrará en Atenas un nuevo encuentro en el que se espera lograr que los países ribereños firmen ya un tratado que permita elaborar una legislación anticontaminante. En opinión de Mohamed Tangi, administrador del PNUMA, «si se empieza a tomar medidas ahora, hacia 1985 podríamos empezar a comprobar los primeros resultados».

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