"El Gobierno de Pinochet no ha cumplido su promesa de dar bienestar al pueblo"

«La situación de los campesinos y obreros en mi país se ha deteriorado. El desempleo es enorme. Los obispos de Chile acabamos de entregar una carta pastoral, específicamente, por los problemas que enfrentan los campesinos, pero nos han respondido que los obispos no somos técnicos, como si una madre necesitara ostentar el título de médico para saber que su hijo está enfermo», declaró ayer en conferencia de prensa el cardenal chileno Raúl Silva Henríquez, arzobispo de Santiago de Chile.

El cardenal afirmó que el Gobierno de Pinochet, después del golpe militar, había prometido esforzarse p...

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«La situación de los campesinos y obreros en mi país se ha deteriorado. El desempleo es enorme. Los obispos de Chile acabamos de entregar una carta pastoral, específicamente, por los problemas que enfrentan los campesinos, pero nos han respondido que los obispos no somos técnicos, como si una madre necesitara ostentar el título de médico para saber que su hijo está enfermo», declaró ayer en conferencia de prensa el cardenal chileno Raúl Silva Henríquez, arzobispo de Santiago de Chile.

El cardenal afirmó que el Gobierno de Pinochet, después del golpe militar, había prometido esforzarse por dar bienestar a la población, pero que «esto no se ha cumplido».Veinticuatro horas antes, en un encuentro que tuvo en un templo protestante de esta ciudad con los exiliados chilenos, afirmó que la cifra oficial de desempleo es del 14%, pero que a esto se suma el programa del Gobierno del «empleo mínimo», que no es otra cosa, dijo, que un «desempleo disfrazado» en base a un salario de hambre, sin seguridad social, sin los derechos mínimos que debe tener un trabajador. Afirmó también que en las poblaciones que había visitado encontró muchas veces más de un 40% de desocupados, con la dramática realidad de supervivencia que eso significa. «Realmente, yo no sé qué comen esos compatriotas».

Con respecto al problema de los ciudadanos detenidos y desaparecidos, sostuvo que el Gobierno se había comprometido con la Iglesia a responder sobre quinientos de estos casos, fundamentados por sus familiares, pero que hasta la fecha no se había concretado ninguna respuesta.

Expresó asimismo que la Iglesia tenía la esperanza de que las autoridades devolvieran a sus familiares diecinueve cadáveres perfectamente identificados, que fueron encontrados hace poco en la localidad de Yombel, en el sur de Chile, contrariamente a lo que ha ocurrido con otros hallazgos, después de lo cual el Gobierno se ha negado a entregar los cadáveres a sus familiares.

El cardenal se entrevistó, junto a otros veinticinco obispos Chilenos, hace unos días, con el papa Juan Pablo II, después de lo cual viajó a Viena para recibir un premio por la defensa de los derechos humanos que le otorgó la Fundación Bruno Kreyski. También estuvo en Bélgica, invitado por los sindicatos cristianos de ese país, a los que les solicitó becas para que un determinado número de trabajadores chilenos pueda perfeccionarse en materias sindicales, mientras que su estancia en Ginebra se debe a una invitación del Consejo Mundial de las Iglesias.

El cardenal sostuvo que los obispos, y él personalmente, habían recibido una confirmación del Papa por todo lo que la Iglesia chilena ha hecho en estos últimos años en el plano humanitario,«y nos pidió», dijo, «que luchemos unidos por la defensa de los derechos humanos».

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«Comunista»

Más adelante contó que un amigo le había dicho que hay quienes afirman que es «Comunista» y que lo peor es que el Papa pensaba igual que él. «Soy un pastor y no un político», afirmó enfáticamente el cardenal, «agregando que, sin embargo, un pastor también tiene cosas interesantes que decir.»Un periodista suizo le recordó que, por un lado, aseguraba que no es político, y que, por otro, la temática de la que trata tiene «connotaciones políticas».

«El Señor defendió a los pobres y a los humildes », respondió. «Nosotros no hacemos política, pero la juzgamos cuando ésta se sitúa contra el Evangelio.

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