Los agricultores se oponen a Ia venta directa

«No entendemos qué pretende el Ayuntamiento de Madrid con su ordenanza municipal acerca de la venta ambulante, con el FORPPA de por medio», asegura, en una nota hecha pública ayer, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos del Estado Español (COAG), en relación con el proyecto de ordenanza municipal sobre venta ambulante y la anunciada colaboración entre el FORPPA y el Ayuntamiento, en un intento de conseguir, por medio de la venta directa, un sensible abaratamiento en los precios de los productos alimenticios que se consumen en la ciudad.

La COAG asegura en su nota ...

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«No entendemos qué pretende el Ayuntamiento de Madrid con su ordenanza municipal acerca de la venta ambulante, con el FORPPA de por medio», asegura, en una nota hecha pública ayer, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos del Estado Español (COAG), en relación con el proyecto de ordenanza municipal sobre venta ambulante y la anunciada colaboración entre el FORPPA y el Ayuntamiento, en un intento de conseguir, por medio de la venta directa, un sensible abaratamiento en los precios de los productos alimenticios que se consumen en la ciudad.

No a la política de parches

La COAG asegura en su nota que «la época en la que el pequeño campesino salía al pueblo o a la pequeña ciudad y vendía directamente, sin intermediarios los productos que había conseguido con su trabajo es cosa del pasado ». Para la Coordinadora, las diferencias astronómicas entre el precio que se le paga al agricultor y el que tiene que pagar el consumidor por el mismo producto son consecuencia directa del desfase existente en las estructuras comerciales de este país y «es imposible solucionarlas, ni tan siquiera corregirlas, a base de parches».«Las ventas directas en las grandes ciudades», dice más adelante, «podemos hacerlas los agricultores de los sindicatos con carácter festivo o propagandístico, pero sin darle demasiada trascendencia, puesto que la solución del problema de los precios anda por otros caminos, y de nada serviría provocar la ira de los pequeños comerciantes, trabajadores reales del comercio, cuando lo cierto es que el mercado no lo controlan ellos. »

COAG propugna una decisión política que potencie las cooperativas democráticas y la imposición de unas nuevas reglas de juego que defiendan «los intereses de los campesinos y de los consumidores».

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