XXXVIII FERIA DEL LIBRO

Información y estética en el diseño gráfico editorial

La cubierta de un libro es el primer elemento de contacto con el lector; su capacidad de atracción determinará un inicial impulso de simpatía o rechazo. La maqueta de una colección es va un proceso de integración donde la industria, con sus medios técnicos, presenta un producto cultural. El diseño gráfico editorial, con la utilización de elementos visuales y tipográficos, está presente en el mundo de la comunicación de la imagen.Daniel Gil, diseñador gráfico de las colecciones de Alianza Editorial, es partidario del diseño total del libro, que incluye cubiertas, composición y formato, aunque e...

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La cubierta de un libro es el primer elemento de contacto con el lector; su capacidad de atracción determinará un inicial impulso de simpatía o rechazo. La maqueta de una colección es va un proceso de integración donde la industria, con sus medios técnicos, presenta un producto cultural. El diseño gráfico editorial, con la utilización de elementos visuales y tipográficos, está presente en el mundo de la comunicación de la imagen.Daniel Gil, diseñador gráfico de las colecciones de Alianza Editorial, es partidario del diseño total del libro, que incluye cubiertas, composición y formato, aunque este sistema suele encontrar resistencias por parte de algunos editores. «El libro no necesita de la imagen visual». declaró a EL PAIS, «ya que son medios distintos, pero sí es necesaria para el lector, que tiene ya unos hábitos basados en la cultura visual. El uso único de letras, tipografía, en la cubierta tiene mayores dificultades de interpretación. al carecer de esos elementos visuales que están ya incorporados en la sociedad. La inmensa cantidad de imágenes que circulan provoca un problema de selección».

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«El terreno de los diseñadores y de los artistas está poco definido, ya que los dos emiten un mensaje con unos componentes estéticos. Hay equipos de diseñadores que tratan de establecer una metodología en el mensaje visual. Yo respeto esta metodología, pero en mi trabajo soy, intuitivo. La lectura de un libro me sugiere un juego gráfico y visual. La imagen que sale en portada tiene relación con el libro, no es una imagen retórica que explique su contenido. La imagen tendrá gancho, pero con un sentido honesto, que exprese las posibilidades de lectura en una introducción en ese mundo ambiguo de significados de un libro.» Entre los diseñadores españoles, según Daniel Gil, existe una preocupación de método de trabajo más que un estilo determinado. «En los últimos cinco anos se ha elevado el nivel de creatividad, al tener los diseñadores una mayor preparación cultural N, plástica. Si hubo un momento de gran influencia del grafismo suizo, en la actualidad el diseño gráfico editorial en nuestro país supera al francés. Hay una necesidad constante de aportar nuevos elementos, va que el diseño se consume rápidamente. Las imposiciones de los editores causan problemas a los diseñadores. También existe el peligro, con la mayor competencia, de utilizar métodos enajenantes para el lector. La intención lucrativa envenena el diseño. Un fenómeno importante es la nueva sensibilidad hacia el diseño, prueba de ello es el rechazo unánime de El Naranjito. Utilizado honestamente, el diseño tiene valor informativo y clarificador. Los editores saben que la presentación del libro total es tan fundamental como el autor o el contenido.»

Alberto Corazón, diseñador gráfico de distintas editoriales, opina que en los últimos ocho años ha evolucionado la produción y el diseño, motivado por la competencia visual con otros objetos. «No se ha planteado». declaró a EL PAIS, «el problema de coherencia de fondo y estructura visual. Con el libro de consumo inmediato se desorbita el diseño frente al contenido, problema que no se plantea con el sector editorial más consolidado. A mí me interesa fijar la estructura de las colecciones y de la editorial desde el punto de vista de diseño».

«La situación actual es muy confusa; con un nivel desigual, hay cosas interesantes al lado de verdaderos desastres. Creo que todavía estamos en una situación de repertorio de imágenes de uso generalizado, donde se evita una elaboración excesiva. Las imágenes, en contraposición a las letras, pueden jugar con un margen de ambigüedad visual más alto que con la tipografía. Me parece esencial recuperar nuestra tradición cultural y, visual.»

En una lista incompleta de diseñadores españoles identificados por los lectores figuran además: Enric Satué, Carlos Rolando, Cruz Novillos, Diego Lara, Juan Batallé. Julio Vivas, Triangle, Claret Serrahíma, Estudio Zimmermann, Argente y Mambrú, Balaguer, Clotet-Tusquets, Roberto Turégano, José F. Oyarzábal, David Lechuga y Jorge Sánchez. Como práctica pública del «uso pacífico del diseño gráfico», el equipo de Alberto Corazón inaugura mañana, en la librería Antonio Machado, una exposición sobre Mil imágenes y una palabra.

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