Homenaje a Marlos Nobre en la Fundación March

Con la colaboración de la embajada de Brasil en España, la Fundación Juan March ha organizado un concierto monográfico dedicado al compositor Marlos Nobre. Igual que en ocasiones anteriores, como las sesiones dedicadas a Mompou y Ginastera, se contó con la presencia del músico, brasileño, tal vez en la actualidad, según dijo en la presentación Tomás Marco, el más representativo de su país y uno de los más importantes de Latinoamérica.

Situó certeramente Tomás Marco al compositor dentro de la constelación de músicos americanos, e hizo referencia a la escasez de contactos musicales con lo...

Con la colaboración de la embajada de Brasil en España, la Fundación Juan March ha organizado un concierto monográfico dedicado al compositor Marlos Nobre. Igual que en ocasiones anteriores, como las sesiones dedicadas a Mompou y Ginastera, se contó con la presencia del músico, brasileño, tal vez en la actualidad, según dijo en la presentación Tomás Marco, el más representativo de su país y uno de los más importantes de Latinoamérica.

Situó certeramente Tomás Marco al compositor dentro de la constelación de músicos americanos, e hizo referencia a la escasez de contactos musicales con los países latinoamericanos en un momento de efervescencia creadora de primer orden.En la primera parte, el grupo Koan, dirigido por José Ramón Encinar, interpretó O canto multiplicado, op. 38 (1972), dedicado a la memoria de García Lorca, y Ukrinmacrincrin, op. 17 (1964), sobre un texto primitivo de los indios Xucurus, del nordeste de Brasil, donde vio la luz Marlos Nobre (en Pernambuco) el año 1939.

Ambas piezas fueron magistralmente cantadas por la soprano Esperanza Abad. Ella superó las enormes dificultades vocales del Ukrinmacrincrin con la técnica y el conocimiento que caracterizan sus interpretaciones de música contemporánea.

La segunda parte del programa incluía las Tres canciones, op. 9 de 1962, en una preciosa versión por gracia y estilo de la soprano Young Hee Kim Lee y la pianista María Elena Barrientos, y dos obras para piano que tocó el propio compositor.

Marlos Nobre, además de autor y director de orquesta, es un extraordinario pianista, y así lo demostró en sus Cuatro momentos, op. 44 (1977) y en las Variaciones sobre un tema de Bela Bartok, op. 45 (1977), música de enorme vigor y dinamismo, fuerza rítmica y riqueza armónica, dentro de un lenguaje absolutamente actual.

Ante el entusiasmo del auditorio Marlos Nobre regaló sus dos primeras obras pianísticas, el Homenaje a Ernesto Nazareth, op. 1 y la Nazarethiana, op. 2, en las que late todo el trasfondo folklórico, vivo todavía hoy en calles y plazas de la ciudad de Recife.

-Hemos escuchado obras separadas en el tiempo por más de quince años. ¿Cómo podríamos definir su evolución?

-Me resulta difícil responder. Para mí, la creación, y creo que para todos, es un acto reflejo del inconsciente. Las distintas influencias musicales que he recibido desde mi infancia hasta hoy se tradujeron posteriormente en obras. Nadie se hace desde la nada. Somos una consecuencia, un reflejo. De modo que, naturalmente, las primeras influencias las recibí del folklore de mi tierra, después de Villalobos, y finalmente de todo aquello que me fue llegando de la música universal: Prokofiev, Stravinsky, pasando por Ginastera, hasta la música de la escuela polaca... Pero, de hecho, en mi caso, hay algo muy fuerte, y es la formación rítmica brasileña. Eso da una cierta línea individualista a toda mi producción y puede apreciarse claramente en las obras que acaban de oírse en Madrid. Todas tienen un punto de referencia básico: el dinamismo rítmico que, creo, caracteriza mi obra.

-¿Cuál es la situación musical del Brasil desde el punto de vista de los compositores?

-Actualmente hay bastante productividad. En la Sociedad de Compositores de Música Contemporánea tenemos más de cien inscritos. Por supuesto, hay obras de nivel más alto y menos alto, pero hay un gran afán de producir. Por lo que respecta a la estética, se dan muchas tendencias y muy diferentes. Hay compositores que siguen una línea hoy superada, una especie de vanguardia abstracta. Esto se manifiesta en los de Sao Paulo y es característico de una ciudad bastante cosmopolita y moderna. Sin embargo, en ciudades como Río, Bahía o Pernambuco, donde la música popular es muy fuerte todavía, existe una línea diferente.