Cartas al director

Ocasión para el recuerdo

Hace unos días leí con verdadera emoción el homenaje que tributaba el Consejo Superior de Investigaciones y, más concretamente, los físicos y químicos de hoy, a los físicos y químicos de apenas ayer, que crearon el Instituto de Física y Química, hace ya cincuenta años, por los llamados Altos del Hipódromo, en vecindad de la inolvidable residencia de estudiantes.En la reseña del acto leí los nombres de aquellos investigadores, Cabrera, Bolívar, Madinaveitia, Moles, etcétera, de aquellos hombres que querían y sabían trabajar, que daban día a día ejemplo silencioso de una vida apasionada y fecund...

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Hace unos días leí con verdadera emoción el homenaje que tributaba el Consejo Superior de Investigaciones y, más concretamente, los físicos y químicos de hoy, a los físicos y químicos de apenas ayer, que crearon el Instituto de Física y Química, hace ya cincuenta años, por los llamados Altos del Hipódromo, en vecindad de la inolvidable residencia de estudiantes.En la reseña del acto leí los nombres de aquellos investigadores, Cabrera, Bolívar, Madinaveitia, Moles, etcétera, de aquellos hombres que querían y sabían trabajar, que daban día a día ejemplo silencioso de una vida apasionada y fecunda, dedicada amorosamente a su país, y al recordarles, es buena la ocasión para reavivar nuestra tragedia, la de toda España, y para pensar cómo en plena capacidad y madurez aquellos preclaros españoles tuvieron que buscar, lejos de sus campos y paisajes, lejos de sus amigos, un lugar donde ofrecer su trabajo y su pensamiento y donde recibir algún consuelo y algún reposo a sus corazones desgarrados. Por las tierras de América lo encontraron y en las tierras de América, cerca de España, pero lejos de España, vivieron, trabajaron y, al fin, hallaron descanso.

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