La nueva Constitución chilena excluirá a los partidos políticos

Antes de fin de año, Chile contará con una nueva Constitución, en la que no se contempla para nada el papel de los partidos políticos. El anuncio fue hecho por el general Augusto Pinochet en su esperado discurso de anteanoche, en el que, igualmente, comunicó la decisión de la Junta de Gobierno de conmutar las penas de prisión impuestas por tribunales militares por la de extrañamiento.

Al anunciar el indulto, que afecta a todos los prisioneros condenados por delitos «contra la seguridad del Estado, cometidos antes o después del 11 de septiembre de 1973», Pinochet pidió que la medida se i...

Antes de fin de año, Chile contará con una nueva Constitución, en la que no se contempla para nada el papel de los partidos políticos. El anuncio fue hecho por el general Augusto Pinochet en su esperado discurso de anteanoche, en el que, igualmente, comunicó la decisión de la Junta de Gobierno de conmutar las penas de prisión impuestas por tribunales militares por la de extrañamiento.

Al anunciar el indulto, que afecta a todos los prisioneros condenados por delitos «contra la seguridad del Estado, cometidos antes o después del 11 de septiembre de 1973», Pinochet pidió que la medida se interpretara como un «afán normalizador y de concordia nacional» y no se viera en ella un signo de debilidad. «Quien incurra en error a este respecto -dijo Pinochet- se expone a sufrir de aquí en adelante todo el rigor de la ley.»Con respecto a la nueva Constitución, sobre la que no dio más detalles, el presidente de la Junta Militar chilena indicó que el texto debería estar redactado antes del 31 de diciembre de este año, para, luego de ser aprobado por la Junta Militar, someterlo a plebiscito. «Una vez realizado este acto -indicó- comenzará la etapa de transición.»

Pinochet descartó claramente la posibilidad de actuación de los partidos políticos durante esa etapa. «No habrá apertura de la lucha por el poder a través de las elecciones políticas, ya que ello equivaldría simplemente a retornar a la pugna electoral entre hombres y partidos cuya mentalidad se formó en un régimen político caduco», fueron sus palabras textuales.

El presidente chileno reafirmó, una vez más, que «la esencia del poder político radica en las fuerzas armadas y de orden», pero que éstas, «para hacer su ejercicio más contingente, lo compartirá ampliamente con los civiles, que pasará así de la colaboración a la participación».

El extrañamiento de los detenidos políticos coincide con la decisión de la Junta Militar de permitir el regreso de algunos exiliados, con la expresa prohibición de desarrollar actividades políticas. El primero de dichos exiliados en regresar fue el vicepresidente de la Democracia Cristiana, Jaime Castillo.

Aún no se han producido reacciones a las medidas anunciadas por Pinochet, de las que, sin duda, la más relevante es la que afecta a los presos políticos. Los observadores interpretan que la Junta Militar chilena, sometida en los últimos meses a una fuerte presión exterior, y debilitada por situaciones conflictivas con países vecinos como Argentina y Bolivia, no ha tenido otro remedio que ofrecer concesiones.