Se patenta en Estados Unidos la creación de vida artificial

Las nuevas formas de vida que el hombre cree en los laboratorios, en el caso de que esto sea posible, podrán ser patentadas y comercializadas por sus descubridores, según una decisión del tribunal norteamericano de patentes, hecha pública ayer, que favorece a la compañía General Electric en sus intentos de patentar una bacteria fabricada por sus científicos.

La decisión del tribunal anula un fallo previo de la junta de registro de patentes por el que se negaba el derecho a patentar organismos vivos. Se trata de la primera autorización legal para comercializar nuevas fo...

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Las nuevas formas de vida que el hombre cree en los laboratorios, en el caso de que esto sea posible, podrán ser patentadas y comercializadas por sus descubridores, según una decisión del tribunal norteamericano de patentes, hecha pública ayer, que favorece a la compañía General Electric en sus intentos de patentar una bacteria fabricada por sus científicos.

La decisión del tribunal anula un fallo previo de la junta de registro de patentes por el que se negaba el derecho a patentar organismos vivos. Se trata de la primera autorización legal para comercializar nuevas formas de vida creadas a través de la llamada ingeniería genética.

La bacteria que podría patentar la General Electric tiene la facultad de alimentarse de petróleo, al que descompone en agua y anhídrido carbónico. Su principal utilidad podría estar, por tanto, en la lucha contra las mareas negras. La voracidad de la nueva bacteria respecto al petróleo, no tiene equivalente en la naturaleza según su creador, un científico indio de cuarenta años.

Al justificar su decisión sobre el derecho a patentar la bacteria fabricada en el laboratorio, uno de los jueces señala que sólo hay dos fuentes de manufacturas y materia: Dios, o si se prefiere, la Naturaleza y el hombre. Según los datos presentados al tribunal de patentes, la bacteria puede considerarse manufacturada por el hombre, añade el juez.

Para un abogado de la compañía la decisión del tribunal servirá para alentar la investigación en el área de la ingeniería genética, ya que de no concederse el derecho a patentar uno de estos descubrimientos, la industria no invertiría dinero en tales investigaciones.

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