En un ambiente uniforme y constante no habrían evolucionado los seres vivos

Conclusiones genéticas del doctor F. J. Ayala

¿Cuál es la probabilidad de que en algúno lugar del mundo, en alguna época de los tiempos, nazca y se desarrolle un ser humano idéntico a otro Las más avanzadas corrientes de la investigación genética están en condiciones de dar una respuesta a esa pregunta. Pueden existir hasta diez elevado a 41.771 indviduos diferentes. Es decir, la unidad Seguida de 4.771 ceros, una cifra mucho mayor que el número de átomos que existe en el universo, cantidad estimada en diez elevado a setenta. Salvo en el caso de los gemelos univitelinos, no hay duda de que jamás habrá dos seres humanos idénticos. Estas so...

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¿Cuál es la probabilidad de que en algúno lugar del mundo, en alguna época de los tiempos, nazca y se desarrolle un ser humano idéntico a otro Las más avanzadas corrientes de la investigación genética están en condiciones de dar una respuesta a esa pregunta. Pueden existir hasta diez elevado a 41.771 indviduos diferentes. Es decir, la unidad Seguida de 4.771 ceros, una cifra mucho mayor que el número de átomos que existe en el universo, cantidad estimada en diez elevado a setenta. Salvo en el caso de los gemelos univitelinos, no hay duda de que jamás habrá dos seres humanos idénticos. Estas sobre algunas de las conclusiones expuestas por Francisco J. Ayala, profesor de Genética de la Universidad de California, en un trabajo que, bajo el título Evolución y darwinismo, acaba de ser publicado en el Boletín Informativo de la Fundación Juan March .

El profesor Ayala llega a otras interesantes conclusiones, que vienen a confirmar definitivamente, a la luz de la investigación actual, las teorías evolucionistas que consideran la existencia de: cada ser vivo como el resultado de un proceso combinado de, mutaciones aleatorias y la selección natural que el medio ambiente va ejerciendo.Esta hipótesis, designada bajo: el nombre de teoría sintética, viene a asegurar que tan equivocados andan quienes consideran que todos los seres vivientes son, el resultado del mero azar, como quienes opinan que existen planes precisos y definidos para la aparición de cada ser vivo. La, complejidad de realidades tan impresionantes como el ojo humano o el riñón, es el resultado dialéctico de un proceso en el cual el ambiente y el azar van tejiendo la trama de la evolución de los vivientes.

Según ya anunciara Darwin, de entre la multitud de variaciones que los seres vivos van experimentando generación tras generación, sólo los más adaptados al medio sobrevivirán y se reproducirán. Los otros desaparecen. Pero la genética ha venido a demostrar que las cosas sop algo más complicadas.

No se trata tan sólo de que ciegas mutaciones den lugar a formas vivientes nuevas de las cuales unas aciertan y sobreviven mientras otras fracasan y desaparecen. El medio ambiente plantea a cada especie viviente un reto que puede ser calificado como un reto creador. En palabras del investigador español: « La selección natural es un proceso determinado por el ambiente. La ventaja, o desventaja selectiva, de una entidad genética determinada debe ser siempre entendida en relación a un ambiente determinado. Un gene favorecido por la selección en un ambiente dado puede ser desventajoso en un ambiente determinado. Un ejemplo triviales que las alas -y por ello los genes responsables del desarrollo de las alas- pueden ser beneficiosas a las aves, pero no a los peces abisales...La heterogeneidad espacial y temporal de los ambientes es responsable de la evolución ininterrumpida de los organismos, Si los seres vivientes existieran en un ambiente uniforme y constante, la evolución tal vez hubiera producido un genotipo único óptimamente adaptado a tal ambiente y con ello se hubiera detenido. Un ambiente uniforme y constante es una abstracción mental sin realidad en la naturaleza.»

Selección creadora

Este specto creativo de la selcció natural, de la acción am biental, es desarrollado por el doctor Ayala, que explica que «la selección natural ha sido a veces compada a un tamiz que retiene las variantes genéticas útiles y, deja perderse las variantes desventajosas. La selección natu ral actúa ciertamente de esa ma nera, pero es mucho más que un proceso, puramente negativo. La selección natural es, de hecho, capaz de engrendrir entidades genuinamente nuevas, que de otra inanera serían extremada mente improbables. La selección nattiral es un proceso creativo, al menos en cierto sentido: no crea las entidades genéticas sobre las que actúa, pero produce combinaciones genéticas adaptativa ue nunca hubieran llegado a existir sin la selección natural... La elección natural no es crea dora en el sentido absoluto de creación que la teología cristiana predica del acto divino, por el cual el universo fue producido de la nada. El papel creativo de la selección natural puede más bien ser comparado al de un pintor que crea un cuadro. El lienzo y las pinturas usadas para producir el cuadro no son creados por el pintor, pero el cuadro sí lo es. Es concebible que una combinación aleatoría de pígmentos pueda dar como resultado la combinación organizada de forma y color que constituye una obra de arte. (Ciertos cuadros modernos, como algunos de Jackson Pollock y otros expresionistas abstractos, dan de hecho la impresión de ser una combinación accidental de materiales.) Pero la probabilidad de que un cuadro, como por ejemplo, Las Meninas, de Velázquez, se produzca como resultado de una combinación aleatoria de pinturas es infinitamente pequeña. De manera análoga, la combinación de las entidades hereditarias que poseen la información genética responsable de la formación del ojo de un vertebrado no hubiera podido ser nunca producida por un proceso al azar, ni aun teniendo en cuenta los 3.000 millones de años transcurridos desde que la vida existe sobre la Tierra. La anatomía compleja del ojo, como el funcionamiento preciso del riñón, son el resultado de un proceso que no es aleatorio, sino direccional y organizador: la selección natural.»El doctor Ayala se muestra contrario, pues, a otras hipótesis que ven el proceso evolutivo regido por otras fuerzas. Pero sus hipótesis superan también la concepción del mero azar como fuente de evolución o, al menos, del azar tal y como venía siendo entendido por el pensamiento tradicional.

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