Un diálogo de sordos

«Brejnev ha dejado a Vance solamente el tiempo para sentarse y ha pasado inmediatamente al ataqueEl tono era firme, pero no cerraba la puerta a la continuación de las negociaciones, ni parecía tener carácter de ultimátum.

Vance ha extraído de una carpeta una relación, ya preparada, y la ha leído también con una voz muy firme. Ni una sola palabra de respuesta al ataque de Brejnev, sino la simple exposición de la posición americana sobre todos los problemas bilaterales e internacionales, comprendidos los derechos humanos. Estados Unidos, deliberadamente, no han recogido la invitación sovi...

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«Brejnev ha dejado a Vance solamente el tiempo para sentarse y ha pasado inmediatamente al ataqueEl tono era firme, pero no cerraba la puerta a la continuación de las negociaciones, ni parecía tener carácter de ultimátum.

Vance ha extraído de una carpeta una relación, ya preparada, y la ha leído también con una voz muy firme. Ni una sola palabra de respuesta al ataque de Brejnev, sino la simple exposición de la posición americana sobre todos los problemas bilaterales e internacionales, comprendidos los derechos humanos. Estados Unidos, deliberadamente, no han recogido la invitación soviética a la polémica.

Sobre el problema de la limitación de las armas estratégicas, Vance ha hecho a Brejnev dos proposiciones. Primero, la firma de un acuerdo global que prevee la reducción de una parte de los dos arsenales. Segundo, si el primer acuerdo no fuese realizable, la firma de un acuerdo limitado que prevea el congelamiento de la situación al año 1974.» 29 marzo

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